Era como las 7:00 p.m., una tarde tranquila, y ella esperaba
a sus amigas en una c�ntrica calle de la cuidad. Se llamaba Ximena, tenia apenas
15 a�os, era de cabello casta�o lacio, ojos de color del pelo, tez blanca, de
estatura como de 1.65 metros, una carita fina, preciosa, y con el cuerpo que
tenia pod�a pasar como modelo; senos medianos, cintura torneada, y un traserito
ideal, basta con decir que no hab�a hombre que pasara por su lado sin voltear a
ver esos perfectos gl�teos. Aun estudiaba en colegio, pero parec�a ya toda una
universitaria.

Ximena era algo t�mida, pero sonre�a a menudo, esto quiz�s
animo a sus atacantes cuando se le acercaron en un carro blanco de cuatro
puertas, haci�ndose a los perdidos le preguntaban si conoc�a un poco la ciudad y
le preguntaban por calles desconocidas para ella. Entonces uno de los tipos, de
los cuatro que estaban en el carro, bajo de la parte posterior y se dirigi� a
comprar algo de un negocio que estaba justo a espaldas de Ximena, ella vi�ndolo
acercarse a la tienda no pens� mal, mientras conversaba con los dos que estaban
sentados delante, pero en el momento menos pensado el que hab�a bajado se le
acerco por un costado rode�ndola con su brazo por el cuello, como quien abraza a
una amiga, y con la otra mano pego a su cintura una navaja, y con un r�pido
movimiento su compadre que se encontraba en la parte posterior del carro abri�
la puerta y el de afuera tap�ndole la boca, la introdujeron al asiento trasero
del coche. Ximena quedo en medio de los dos tipos, rodeada e inm�vil por el
temor.

Fueron por varias calles, ella aparte de estar aterrada e
inm�vil por el p�nico se preocupaba cada vez mas y mas, pues se alejaban de la
parte de la cuidad que ella frecuentaba, y ella empezaba a armarse de valor y
mas que a pedir a exigir que le dejaran bajar, pero los tipos re�an ruidosamente
y dec�an que pronto la dejar�an ir, pero que antes ella les har�a un favor. Uno
de los de atr�s, el que la hab�a tomado y amenazado con la navaja, le dec�a que
estaba buen�sima, entonces Ximena confirmo sus temores, y empez� a desesperarse
y a forcejear pero la navajo se coloco nuevamente cerca ella, en su cuello,
inmoviliz�ndola inmediatamente. La amenaza que escuch� es que si no cooperaba la
apu�alaban all� mismo y la arrojar�an en una esquina.

Llegaron a una casa en un barrio de no muy buena apariencia,
entraron a un patio que parec�a mas que garaje, un jard�n. Vio que sali� una
se�ora de edad mas o menos avanzada, ella pens� que estaba salvada, pero lejos
de eso esa mujer les dijo que pod�an pasar a la habitaci�n de siempre. Fue
cuando Ximena confirmo no tener ninguna esperanza de escapar de sus captores. La
bajaron del coche, y mientras la arrastraban a la habitaci�n, le tapaba la boca
una manaza que casi le cubr�a toda la cara, y escuchaba decir a la se�ora: "esta
si esta buena", a lo que ellos respond�an con una risa ruidosa y comentarios
como "ya veremos como esta por dentro".

Ni bien entraron, Ximena recibi� un par de bofetadas que la
dejaron viendo estrellas. Cuando reacciono estaba recostada en una ducha
completamente desnuda, y a su alrededor los cuatro hombres, y al igual que ella
completamente desnudos. Era la primera vez que Ximena ve�a vergas, y no sabia
como reaccionar y solo atinaba a cerrar los ojos, pero cuando sent�a un roce o
caricia los volv�a abrir para tratar de defenderse de su atacante. Se debat�a
entre estas acciones cuando el tipo mas grande de todos la tomo en los brazos y
la levanto, la empez� a manosear, le tocaba su conchita y los senos mientras
intentaba besarle en los labios.

No tardaron los otros tres tipos en empezar a sobarle el
trasero, y de tomar sus manos y dirigirlas hacia sus vergas que estaban
semierectas, y que aun as� ten�an un tama�o considerable. Ximena con sus aun
v�rgenes manos trataba de no sentirlas, pero ellos se hicieron cargo de que las
apretara, hasta que se cansaron. Seguidamente la colocaron de rodillas, justo en
el centro de ellos.

Uno a uno introdujeron sus vergas en la boca de Ximena, el
primero provoc� en ella tremendo asco que le produjeron v�mitos, despu�s de
esto, empezaron a follarla por la boca hasta la garganta, terminaron uno por
uno. Se ve�a llena de semen por todo el cuerpo, con el rostro desencajado por el
asco y la indisposici�n que le produjeron. Ellos re�an por la expresi�n de la
ni�a. Abrieron la ducha y la obligaron a enjuagarse, mientras aprovechaban para
manosearla, metiendole mano, o d�ndole palmadas en las nalguitas.

Ni bien se saco el semen del cuerpo la llevaron a la �nica
cama que hab�a en medio de la habitaci�n, ella lloraba pidiendo que no la
ultrajaran mas, que le dejaran ir, y ellos solo respond�an con mas risas y
manoseos. Llegando a la cama la recostaron boca arriba, y uno le empez� a follar
literalmente la boca coloc�ndose sobre ella. Mientras otros dos la obligaban a
que los masturbara con las manos, y el cuarto le chupaba el co�ito. Las primeras
sensaciones de excitaci�n llegaron a ella, ya hab�a sentido alguna vez eso de
forma espont�nea, pero ahora le obligaban a sentirlo, entonces ella sent�a
repulsi�n por estas sensaciones, y mucho mas por sus violadores.

No tardaron mucho en decidirse desvirgarla, el que tenia la
verga mas grande, como de 20 cent�metros, era el escogido para la iniciaci�n de
la chiquilla, y se coloco entre las piernas de Ximena, mientras otros dos la
sujetaban y el ultimo tapaba su boca con su miembro. Apunto a la vagina de
Ximena y sin mucho pre�mbulo se la introdujo firmemente y sin pausas, ella
atinaba a contorsionarse de dolor por semejante pedazo de carne. Este dec�a
entre gemidos que estaba ajustada y que ya quer�a correrse por semejante
bocadito que se estaba tomando. El de la mamada se retiro en aquel momento de la
boca de Ximena y se empezaron a escuchar las quejas y ruegos que daba a gritos
entre el llanto de su desfloraci�n. Su penetrador no tardo en empezar a bombear
el co�ito virgen, mientras ella perd�a las fuerzas y los dem�s abusadores
aplaud�an la energ�a con que este clavaba su miembro en la peque�a.

Pasado un momento este se retiro dejando salir del co�ito de
Ximena sangre mezclada con unos l�quidos que no eran muy abundantes, aplaudieron
los dem�s diciendo que estaba excitada la nena. El segundo, el tipo mas grande,
tomo el lugar del primero y clavo inmediatamente su cipote en la maltrecha
vagina, empez� a embestirla con mayor fuerza que el primero, y esto provoco una
inmediata reacci�n en Ximena, empez� a gritar tan fuerte que obligo a que le
taparan la boca con mas verga. As� pasaron el tercero y el cuarto, este ultimo
la cambio de posici�n y la puso boca abajo, levantando sus caderas introdujo su
verga por su co�ito, y la bombeaba descontroladamente, mientras le jalaba de los
cabellos.

Despu�s la pusieron a que montara al mas gordo, con el
pretexto de que ya estaba cansado por la movida. Ella era sujetada por este
mientras se clavaba su pene hasta lo mas profundo. La inclinaron hacia delante y
dejaron a la vista de todos el precioso culito que coronaba el centro de
tremendas nalguitas, y decidieron tomarse el honor de encular por primera vez
semejante anito. Mientras ellos comentaban, ella escuchaba aterrada lo que
planeaban, y empezaba a tratar de librarse, el gordo la tomo con mas fuerza y le
clavaba desde abajo su vergota con mas intensidad. Decidieron pronto quien
desflorar�a el culito de Ximena, el mas dotado estaba descartado, al igual que
el gordo que estaba en plena acci�n. Quedaban solo el petiso, y el tipo mas
grande que bombeaba como taladro (el segundo que hab�a penetrado a Ximena por la
vagina). La decisi�n fue tomada, seria el taladrador.

Tomaron a Ximena por los brazos y piernas, mientras el gordo
permaneci� inm�vil para no entorpecer la penetraci�n, entonces el tipo mas
grande se coloco detr�s de ella y apunto directamente al culito, mientras se
concentraba para no perder detalle de las sensaciones que estaba por sentir.
Ximena estaba exhausta de gritar y callaba, sabia lo que vendr�a, o se lo
imaginaba, hasta que sinti� la dura verga a la entrada de su ultimo orificio
virgen, y empez� a forcejear para tratar de librarse, pero lo �nico que
consigui� es que la sujetaran con mayor fuerza y el futuro enculador le clavara
de un solo golpe su verga, ella se desmayo. Sin importar el estado en que se
encontraba, el gordo y el taladrador empezaron a romper los orificios de Ximena,
as� estaba mas d�cil y se la sent�a mas suavita dec�an. Examinaron el culito de
la ni�a despu�s de que el taladrador terminara y lo que encontraron fue le
hab�an pr�cticamente roto el anito. Sin tener un poco de misericordia fueron
encul�ndola uno a uno, y estando en el ultimo Ximena volvi� en si con quejas de
dolor, es cuando aprovecharon para tenerla como una hora sodomizandola,
haci�ndole hacer mamadas y dobles penetraciones.

Cansados de tanto sexo, y con las vergas todo adoloridas, la
ba�aron y vistieron como estaba y la llevaron de vuelta donde la recogieron,
semiinconsciente. Despu�s de dejarla en la esquina donde la hab�an secuestrado
se dirigieron a beber unos tragos. Mientras los padres de Ximena presentaban una
denuncia y alertaban a toda la polic�a de la ciudad.

Horas despu�s, un accidente de transito cobraba la vida de
tres borrachos y mandaba al conductor al hospital en estado de coma que d�as
despu�s fallecer�a, eran nada menos y nada mas que el gordo (el conductor), el
taladro, el petiso y el bien dotado. Vaya tremenda lecci�n que recibieron estos
t�os. Ximena se encuentra con asistencia psicol�gica despu�s de haber estado
hospitalizada casi un mes con infecciones y dem�s.

Yo les cuento esto pues lo escrib� en el informe policial que
presente despu�s de interrogar a Ximena.