En las celebraciones patrias, es costumbre que gente de otros estados lleguen a la ciudad a ofrecer sus artesan�as y cosas afines a la fecha como banderitas tricolores, trompetas, silbatos y dem�s pendejadas, toda la familia se dedica a la venta y es com�n ver ni�os y ni�as que ofrecen su mercanc�a, son ind�genas que hablan lo elemental del espa�ol, las mujeres son de una belleza natural, rasgos bien definidos, menuditas y con un suave caminar, numerosos matrimonios ind�genas cargan con toda su familia y no es raro ver a las mujeres con ni�os en sus rebozos y con dos o tres reto�os con muy poca diferencia entre ellos,

Esteban casi llegaba al estacionamiento publico donde lo esperaba su auto, cuando la descubri�.

Una hermosa chiquilla de 5 a�os como labrada en barro, el cabello peinado en dos hermosas trenzas adornadas con listones de brillantes colores, una blusa color rosa que resaltaba su tersa piel morena y que le quedaba algo grande por lo que al moverse, el amplio cuello de la blusa dejaba ver un botoncito moreno que coronaba un diminuto pez�n, la falda estaba sujeta por una banda color negro que marcaba una delicada cintura.

�me compra una banderita, se�or�

La dulce voz de la chiquilla lo saco de su contemplaci�n, la hermosa nena mostraba una sonrisa que mostraba unos dientes blancos como la leche.

�Cuanto cuesta?

�diez pesos la chiquita y veinte pesos la mas grande�

�dame la mas grande, preciosa��C�mo te llamas?�

-�Citlali, se�or�-

�Ya te han dicho que eres muy linda?

El rubor que ti�o las mejillas de la chiquilla le arranco una sonrisa a Esteban quien se puso de rodillas para estar a la altura de la vendedora, saco un billete de Cien pesos ante el asombro de la chiquilla poco acostumbrada a ver billetes de alta denominaci�n�

�hay se�or, no tengo cambio para ese billetote��

�Por qu� no me acompa�as a mi autom�vil, quiz�s tengo monedas para comprarte la bandera?

La desconfianza que sinti� la peque�a, se esfumo ante la agradable sonrisa de Esteban, adem�s el aliento de alcohol era id�ntico a como ol�a su padre cuando la acariciaba en su cama, cuando llegaba por las noches y le tocaba todo su cuerpo arranc�ndole risitas nerviosas todo esto con el conocimiento de su madre, acostumbrada a no reclamar nada y sometida al macho �tarde o temprano se la va a coger y le va a hacer un huerco�.

Encamin�ndose al auto y viendo que la calle se hab�a quedado desierta Esteban aprovecho la ocasi�n y disimuladamente se bajo el cierre de su pantal�n, localizo su autom�vil que estaba justo a un lado de una camioneta tipo suburban, por lo que la camioneta ocultaba muy bien su autom�vil y por lo temprano que era, el estacionamiento estaba vaci�.

Esteban fingi� buscar el dinero en su chaqueta y en la camisa ante la atenta mirada de la inocente chiquilla.

�Puedes meter la mano en mi pantal�n? no encuentro las monedas�

Animada por vender su banderita, Citlali introdujo la mano en el bolsillo del pantal�n, provocando que la bragueta se abriera ante la curiosa mano de la peque�a que distingui� la blanca tela de la ropa interior de Esteban, sus ojos se posaron en la abertura del pantal�n y en la bragueta del amable sujeto, Esteban cerro sus ojos ante el manoseo inocente de la chiquilla�

�Busca bien�quieres�

Entre mas buscaba, mas se habr�a la bragueta y mas se notaba el bulto.

�quiz�s est�n adentro de aqu�

Esteban se toco el bulto con las dos manos y ante los ojos de la chiquilla el bulto se ve�a mas llamativo y movida por la natural curiosidad toco la dura verga a trav�s de la tela, que dio un respingo como si tuviera vida propia.

�hay, se movi�

-Ja j aja no te asustes linda �nunca has visto una verga adulta?

�no�se�or� �contesto la peque�a volviendo a tomar la polla de Esteban en sus manos y siguiendo con el dulce manoseo que lo tenia al borde del �xtasis, un hombre adulto con una preciosa nena manoseando su dura verga.

�Te quieres ganar un billete para ti solita?

��para mi solita, se�or?�

�si bonita, me has ca�do bien y quiero darte un billete para que te compres una mu�eca tan bonita como tu�

En su corta vida la peque�a hab�a sido objeto de maltrato f�sico por parte de sus padres y el que alguien se mostrara amable con ella, le encanto de inmediato.

Al borde de la calentura Esteban se bajo sus calzoncillos, extrajo su verga y tomando a la peque�a de la cintura se meti� al autom�vil, la peque�a no le quitaba la vista al duro miembro masculino.

�quiero que le des un beso� �moviendo la verga ante los asombrados ojos que miraban su pene hipnotizada, pens� que llegar�a al cielo cuando la vio inclinarse t�midamente y posar sus dulces labios en el brilloso glande varonil.

��as�, se�or?�

�Si, as� linda, pero muchos besos, muchos besos, recuerda que te voy a dar un billetote�

Con verdadera alegr�a Citlali tomo con su mano el duro tronco de la verga y empez� a darle un aluvi�n de besos, ante los jadeos de Esteban quien mov�a su pelvis para arriba y para abajo masturb�ndose con las manos de la peque�a.

Una idea mas pervertida se le ocurri� y baj�ndose del auto, llamo a la chiquilla que obediente a su llamado se paro a su lado.

�mira si�ntate aqu�-se�alando el asiento posterior del autom�vil-

Esteban dejo caer su pantal�n junto con sus calzoncillos quedando vestido �nicamente de la cintura para arriba.

Los ojos de la chiquilla observaban los huevos del sujeto y los comparo con los de su hermanito, eran de un color rojizo y estaban cubiertos de muchos pelos negros, contrario a los de su hermanito que eran muy morenos casi negros, estos eran diferentes, mas grandes y colgaban pesados, las piernas eran duras y velludas, le parecieron como dos troncos, estiro su mano para tocarlos y acerco su nariz para olerlos
�mmmmmmmmmhhh� ol�an rico, a perfume caro.

-�chupame los huevos�-

Obediente Citlali acerco su boca y se meti� una de esas pelotitas de carne, las chupo como cuando se chupa una rebanada de naranja y se le extrae el jugo, era la gloria para Esteban, la chiquilla chupaba un huevo y luego el otro, mientras el mismo se masturbaba lentamente.

�ya preciosa, ahora la verga, as� como me chupaste los huevos�

Abriendo su boca, Citlali alojo en su h�meda y tibia boquita el vibrante miembro de Esteban quien tom�ndola de las trenzas empez� a masturbarse en la boca de la chiquilla, moviendo la pelvis simulando un coito y sin detenerse se derramo en lo profundo de esa boca en medio de un profundo gemido, tomo a la peque�a de su cabeza y no la solt� hasta que noto que ella se hab�a tragado toda su descarga, en cada temblor de la verga expulsaba un abundante chorro de semen, inundado la tibia garganta infantil.

�se�or�se hizo pipi en mi boca�

�no linda no es pipi�es leche�

Despu�s de ese moment�neo desahogo Esteban quer�a meter su verga en una vagina inmaculada, a sus 25 a�os nunca habia estrenado una vagina y la ni�a estaba a su alcance, su mente trabajo rapidamente para llevar a cabo sus planes para desvirgar a la hermosa ni�a de 5 a�os.

-�a que horas pasan por ti?-

La peque�a aun saboreaba el semen de Esteban que se hab�a impregnado en su boca.

�A mediod�a tengo que estar aqu�

-�Ya desayunaste?-

-�no se�or�-

No me digas �se�or� �Por qu� no me llamas �t�o�

-�no t�o�-

-Ven acomp��ame a mi casa para que desayunes-

Con algo de recelo, la peque�a se monto en el auto ultimo modelo, nunca en su vida se imagino que ella, una humilde chiquilla estar�a adentro de un auto tan brillante.

Esteban encendi� el auto y tomando la mano de la chiquilla la puso sobre su pantal�n para que palpara su verga que ya estaba de nuevo tomando una rica erecci�n, los vidrios oscuros del auto imped�an ver las maniobras que ocurr�an en su interior, mientras la chiquilla tenia su mano dentro de su bragueta, Esteban acariciaba los muslitos morenos y tibios de la peque�a quien sent�a un rico cosquilleo en su cuerpo, en un audaz movimiento Esteban acaricio la estrecha rajita por arriba de la delgada y ra�da tela interior de la ni�a, quien se limitaba a sonre�r t�midamente.

Llegaron a un McDonalds y compraron una �cajita feliz� y se dirigieron a un fraccionamiento a las afueras de la ciudad rumbo a la casa de Esteban, como la casa tenia cochera el�ctrica y por lo temprano que era, las calles se encontraban desiertas.

Apenas entraron a la casa y la peque�a miro la casa asombrada, si bien no era lujosa estaba decorada con buen gusto.

Esteban encendi� la tele en un canal infantil y dejo que la peque�a comiera sus alimentos mientras el se meti� a la regadera a darse un ba�o para quitarse lo desvelado,
Cuando salio la peque�a ya hab�a dado cuenta de toda la comida y miraba divertida las escenas que pasaban en la enorme pantalla, Esteban se hab�a puesto �nicamente una trusa color rojo y con el cabello aun escurriendo agua tomo asiento a un lado de la hermosa chiquilla, quien nunca hab�a estado a solas con un adulto y menos con tan poca ropa y miraba de reojo la entrepierna de Esteban entrelazando nerviosa las piernas.

�Puedo darte un beso?

Con una exquisita timidez Citlali ofreci� su mejilla para recibir el beso, mas nunca se imagino que lo recibir�a en la boca y que la lengua que luchaba por entrar en su boca recorriera toda su garganta.

-�te gusto el beso?-

-�si�pero��-

-�pero?-

�Dice mi mam� que los besos se los dan �nicamente al hombre que nos quiera�

�bueno ese detalle no es problema �quieres que sea tu novio?�

�ji ji ji ji pero tu estas muy grande para mi� �en verdad que la chiquilla tenia un encanto muy especial y la cristalina risa inundo la antes solitaria casa-

�recuerda que tu me chupaste aqu� �Esteban se�al� su verga-

-�ji ji ji ji ji y te salio pipi�-

-�no linda no era pipi�recuerda que es lechita�-

Sin rastro de maldad la peque�a estiro su manita y acaricio el paquete de Esteban.

-�esta duro �te duele?�-

Esteban se puso de pie despoj�ndose de su prenda interior, ante la ni�a quedo expuesta su gruesa verga que apuntaba hacia arriba.

�me duele porque la lechita que tengo aqu�, quiere salirse� �se�alando sus huevos-

Sin que Esteban se lo pidiera, la peque�a se puso a darle otra mamada, agradecida por el rico desayuno y era tanta la devoci�n con la que Citlali chupaba su verga que Esteban pens� que si no la deten�a terminar�a por derramarse de nuevo en la garganta de la peque�a, tom�ndola en sus brazos la llevo a su recamara y la acost� en la amplia cama matrimonial, le levanto la falda ante el asombro de la peque�a que inmediatamente hizo el intento de levantarse.

�quieres que sea tu novio �si o no?�

-�ji ji ji ji �eres mi novio?-

Por toda respuesta Esteban la volvi� a besar mientras la acostaba de nuevo y con una mano acariciaba la tierna almejita que ante el constante dedeo ya empezaba a soltar sus jugos lubricando el dedo que tiernamente la acariciaba, cambiando de lugar su posici�n Esteban empez� a estimular con su lengua la cerrada vagina que tenia un ligero olor a orines y a sudor, mientras los hinchados labios exteriores respond�an a su estimulo arrancando leves quejidos de la peque�a quien deseaba que aquello que la tenia trastornada no terminara nunca.

Baj�ndole �nicamente los calzoncitos a�ejos por el uso, Esteban coloco la punta de su verga en la cerrada vulva, de un ligero empuj�n meti� su glande, quedando apresado en la tibia cavidad que lo apretaba deliciosamente, observo la mirada de la peque�a y noto que a pesar de que tenia su glande adentro de su cuerpo, no mostraba ning�n signo de dolor, empujo otro pedazo y la peque�a se estremeci� ante la extra�a invasi�n de que era objeto su virginal almeja, apoyando sus manos en la cama Esteban dejo caer sus 75 kilos de peso para tomar la virginidad de Citlali que �nicamente dio un respingo al sentir que algo se romp�a en su interior, fue como un pellizco seguido inmediatamente de un calor corporal que la hacia abrir sus piernas para seguir recibiendo ese extra�o placer que invad�a su cuerpo, la dura verga estimulaba sus paredes internas provocando que abundante flujo vaginal lubricara la herramienta de Esteban que met�a y sacaba su verga, en el rostro de la peque�a solo hab�a placer, placer de ser cogida por un hombre tan guapo, como los que ella ve�a en su pueblo, cuando hab�a fiestas en la plaza, ver ese atractivo rostro y las manos que pellizcaban sus pezones morenos la llevaron a su primer orgasmo mojando las sabanas con sus deliciosos jugos, mismos que fueron tomados por Esteban con sus dedos y los llevo goloso a su boca.

El peque�o cuerpo de la ni�a permitia que medio miembro estuviera alojado en su interior, apresandolo de una manera exquisita, Esteban no quiso forzar la vagina infantil y se follaba a la ni�a suavemente para no lastimarla.

Despu�s de un rato de estar metiendo y sacando su verga sin descanso el caracter�stico hormigueo en sus huevos le anunciaba de la eminente descarga y tomando mas velocidad en su cadera Esteban inundo de semen el �tero de Citlali, que sinti� como el pene se hinchaba en su interior y la dejaba llena de �leche� masculina.

Esteban se dejo caer satisfecho y un sonido como el descorche se escucho al sacar su pene de la estrecha almeja que lo ten�a succionado�

�Huf, que rico��

La peque�a sinti� como un torrente de semen escurr�a por sus muslos y pens� que se estaba haciendo pipi, vio la puerta del ba�o abierta y corri� a sentarse para hacer sus necesidades, pero lo �nico que desecho fueron los espesos chorros de esperma que ca�an pesadamente al agua del inodoro.

Cuando regreso a la cama, la verga de Esteban estaba mas chica, lo tomo con sus manitas y lo examinaba como la cosa mas linda del mundo, no pod�a creer que le hubiera dado tanto placer, Esteban ya estaba roncando por la desvelada y las dos descargas de semen que hab�a tenido, ah� estaba Citlali, con un extra�o desnudo, en una casa extra�a y con un extra�o ardor en su entrepierna y las mejillas ardiendo por lo ocurrido, tomo la cobija que arrastraba en el suelo y cobijo el cuerpo desnudo y se meti� debajo de las cobijas junto con su �Novio� , acariciaba extasiada el pecho masculino que estaba poblado de un vello negr�simo, toco su dureza y acaricio los pezones masculinos que eran parecidos a los de ella, pero no tan puntiagudos y estaban rodeados por pelos largos y negros.

La tibieza de la cama y la fatiga de los sucesos la durmieron abrazada a Esteban quien pas� una mano por su cintura y la apret� a su pecho.

Cuando Esteban despert�, y vio a Citlali abrazada a su pecho se dio cuenta de que no hab�a tenido un sue�o, all� estaba el, un hombre de 25 a�os con una hermosa chiquilla de apenas cinco a�os y estaba desnudo en la cama con ella, el reloj marcaba las 12 del mediodia, se levanto y desperto a su hermosa acompa�ante, ambos completamente desnudos se fueron al ba�o.

Ya en el ba�o Esteban abrio la ducha y el agua tibia provoco que su cuerpo se reanimara de nuevo y con el pene aun flacido lo metio dentro de la boca de la ni�a, la peque�a empezo a lamer y a chupar el miembro masculino sintiendo como empezaba a ponerse mas grueso y duro en frente de sus narices alcanzando un tama�o respetable, Esteban levanto en sus brazos a la ni�a y la volvio a penetrar, esta vez la nena se sostenia del cuello de su �Novio� con ambos brazos mientras Esteban la sujetaba de sus suves nalguitas metiendole la verga hasta el donde le era posible, el cuerpo de Citlali era manipulado al antojo de Esteban, metiendo y sacando su miembro a placer hasta terminar descargando por tercera vez en su interior en medio de un profundo gemido, la vulva de la nena estaba rojiza por la constante friccion del miembro masculino, pero era placentero para ella ser penetrada mientras sus bocas no se despejaban un momento.

Despu�s de cambiarse de ropa, Esteban se dirigio al centro de la ciudad con su preciada compa�erita que silenciosa recordaba todo lo que habia vivido unas horas antes con el guapo se�or. Pronto entraron el la ciudad, cuando Esteban diviso un grupo de vendedores le pregunto a la nena si ellos eran sus compa�eros, ante la respuesta afrimativa de la ni�a, Esteban detuvo su auto una cuadra antes, le abrio la puerta a la nena y se despidio de ella no sin antes darle un beso en su tierna boquita.

-Adios hermosa, la pase de maravilla contigo�eres muy buena en la cama-

Citali comprendio que esa era la despedida, un mundo nuevo se habia descubierto ante ella, ya no era la ni�a inocente de ayer, en sus ojos antes infantiles se reflejaba ya una mujercita.


FIN

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