Relato: Vendí a mi hija Esta que voy a contar me paso de verdad, me llamo Marta, soy divorciada, tengo 35 años, vivo con mi hija Daniela de 10 años. Nosotras somos de Barcelona, y por medio de una pagina de contacto conocí a un chico de Granada, estuve viviendo en pareja con él hasta que la cosa se puso muy mal por problemas de la crisis, mi pareja se fue a Alemania, y me dijo que tenía que dejar la casa, anteriormente había venido, a visitarme un amiga que también era de Barcelona, pero vivía en Madrid con su pareja, el chico se llama Sebastina y es uruguayo, cuando estuvieron acá de visita se que Sebastian había echo algo con mi hija, pero nunca supe que fue lo que hicieron, con el tiempo me enteré que mi amiga se separó de su pareja y yo me veía en la calle con mi hija y se me ocurre llamar a Sebastian, le conté por teléfono lo que me estaba pasando y me dijo que si quería ir a Madrid, y hablar con él, que podía hacerlo. Desesperada como estaba hicimos las maletas con mi hija y nos fuimos a casa de Sebastian, "Daniela, se que algo han echo tu y Sebastian, no se que habrá sido, pero estamos en una situación desesperada, estamos en la calle, le voy a decir a Sebastian si nos acoge en su casa, y si tienes que dejarte hacer lo que Sebastian te quiera hacer, déjate hacer, sabes que no tenemos donde ir", le decía a mi hija con los ojos llenos de lagrimas. Mi hija solo me miraba y no me decía nada. Llegamos a casa de Sebastian, el nos recibe y nos hace pasar, Sebastian es un hombre de 54 años, bien conservado por el deporte, tiene una solvencia económica buena, y sabía que si lograba hacer lo que yo quería no nos iba a faltar nada a mi hija ni a mi. Como seguía diciendo, entramos a casa de Sebastian y le cuento mi problema, yo lloraba con desesperación, es que estaba desesperada, le dije que yo podía ser su mujer, que hiciera lo que quisiera conmigo a cambio de un techo y un plato de comida. Recuerdo que él me miro y me dijo que no me preocupe, y que si sentía la necesidad de ser mi mujer, que lo decidiera yo, que él no era tan mala persona. Yo lo abracé y me puse a llorar sobre su hombro. Así fue que nos quedamos a vivir con él. A los dos días de estar viviendo con él que se comportaba muy bien, a la noche me voy a su habitación y pasamos juntos la noche, me gustaba Sebastian, es un hombre muy bueno, pero mis dudas estaban en lo que aquella vez habían echo Daniela y él. Fue así como me convertí en su mujer, pero yo veía a Daniela inquieta, lo buscaba mucho, hasta que un día cuando Sebastian estaba trabajando la cogí de un brazo y le dije que me dijera que habían echo cuando estuvieron de visita en casa, "mami, lo que pasó fue que Sebastian me encontró viendo porno por el ordena y me estaba tocando, y para que el no diga nada a nadie se la chupe", me había confesado al fin mi hija, "como que se la has chupado?", le pregunte mas curiosas que enojada, "si, se la he chupado hasta que se corrió en mi boca y le trague lo que salió de su polla", me seguía contando mi hija, "bueno hija, ahora sabes como estamos, si tienes que volver a chupar su polla o dejarte follar, lo haces", le dije con un dolor en el alma, pero es que si no hacia así nos podíamos quedar en la calle. Como a los tres meses de estar viviendo con Sebastian, noto que mi hija caminaba con dificultad, "que te ocurre hija que caminas así?", le pregunté extrañada, "es que Sebastian me follo el culo mami", me dijo, "que te follo por el culo?", le pregunte asustada a mi hija, "ven a la habitación a ver como te quedo, si no te hizo daño", le dije a mi hija, "no mami, fue muy delicado", me dijo mi hija sacándose las bragas y enseñándome su culo, yo le abrí sus pequeñas nalgas y vi lo abierto que tenía su pequeño ojete, estaba hinchado, como salido para fuera, "cuando te follo hija?", le pregunte mirando su ojete, "ayer cuando has ido a hacer las compras al super", me dijo, "tu me dijiste que me deje hacer lo que el quisiera, recuerdas mami?", me seguía diciendo mi hija acomodando bien su ropa. Yo me sentía tan mal que no podía creer como ese hombre podía hacerle eso a una niña de 10 años, si conmigo hacía lo que quería, me follaba el culo, el coño, le tragaba su leche, no le decía a nada que no, pero sabía que era el precio que tenía que pagar por no vivir en la calle con mi hija, tuve que vender a mi hija por poder tener un techo para ambas.
Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .
Número de votos: 3
Media de votos: 10.00
Relato: Vendí a mi hija
Leida: 22234veces
Tiempo de lectura: 8minuto/s
|