La querida del se�or Eduardo Santacruz

Por Georgina del Carmen

Como hab�a comentado en el tercer relato de esta serie, vivo
en un condominio horizontal compuesto de varias casas en rededor de una alberca
comunitaria, suelo exhibirme con mis vecinos a trav�s del ventanal de mi
recamara que da al interior del conjunto habitacional y uno de mis admiradores
voyer es el se�or Eduardo Santacruz que viv�a en la casa ubicada casi frente a
la m�a y quien era mi admirador m�s asiduo, como tambi�n lo mencion� era hombre
maduro de aproximadamente 45 a�os, con una gran personalidad y atractivo f�sico,
casado y con dos hijos, sin embargo el hombre me atra�a enormemente y me
excitaba saber que me le antojaba sexualmente.

Las casas en menci�n tienen solo estacionamiento para dos
autom�viles cada una, as� que cuando mi hermano Carlos, el menor de los dos, se
compr� un autom�vil sin tener donde estacionarlo, ya que los lugares existentes
eran ocupados por el auto de mi padre y el de mi hermano Gerardo, el mayor. Dado
que mi padre forma parte de la directiva de administraci�n del condominio,
consigui� que el se�or Eduardo Santacruz, quien solo tenia un auto, le rentara
el espacio de estacionamiento sobrante en su propiedad.

He de aclarar que el auto de mi padre es usado casi
exclusivamente por m� y ocasionalmente por mi madre, en virtud de que mi padre
usa el autom�vil que tiene asignado por la dependencia del gobierno federal en
la que presta sus servicios, as� como un chofer que le atiende durante todo el
d�a, as� como a mi madre, y por las noches se lo lleva a su casa para al d�a
siguiente estar temprano al servicio de mi padre.

Ante tal circunstancia "ben�volamente" acced� a que mi
hermano estacionara en el lugar de la casa y el coche que yo uso se estacionara
en la casa del vecino, para lo cual solo hab�a que entrar a la casa del vecino
por la calle de atr�s y cruzar por el prado interno del conjunto habitacional
para llegar a mi casa, mi intensi�n era mas que clara, encontrarme lo mas
frecuentemente posible con el se�or Santacruz y originalmente coquetearle y
dejarle, si las circunstancias lo permit�an, ver mis "encantos" muy de cerca,
aunque luego cambio la finalidad que persegu�a con el vecino. Todos estuvimos de
acuerdo y as� se hizo.

Empec� por determinar el horario en que el vecino sal�a a su
trabajo y la hora en que regresaba para procurar coincidir con �l y llevar a
cabo mis morbosos proyectos. Los dos primeros d�as no le vi, no obstante que
procuraba hacer algo de ruido extra al entrar o salir de su cochera, una semana
despu�s ya sabia con cierta precisi�n sus horarios de salida y entrada, el
primer d�a en que nos encontramos me salud� muy caballerosamente poni�ndose a
mis ordenes para todo lo que se me ofreciera, ese d�a yo vest�a con un pantal�n
por lo que solo pudo verme la figura de la cintura para abajo, pero llevaba
puesta una blusa escotada y pude darme cuenta con claridad como sus ojos
recorrieron la parte alta de mis chichonas que estaban a la vista, sin pasar a
mas por el momento.

Adem�s de los saludos le coment�, con toda intenci�n, que no
ser�a mi hermano quien estacionara su auto en el lugar que amablemente nos
rentaba, sino yo, tal vez me lo imagin� pero en su rostro apareci� una sonrisa
de benepl�cito, quiz� por ello en los primeros d�as no le interesaba asomarse
cuando o�a el ruido el auto que llegaba o sal�a.

Al d�a siguiente en cuanto encend� el motor para que se fuera
calentando apareci� el se�or Eduardo con una franela simulando que limpiaba su
autom�vil, se acerc� a mi carro para saludarme, pero sus ojos se fueron
directamente a mis muslos que estaban a su vista en mas de la mitad de su
longitud, ya que con toda premeditaci�n me hab�a puesto la falda mas corta del
uniforme escolar y adem�s de su breve tama�o me la sub� un poco mas de lo que
hubiera sido normal para que mi caliente vecino voyer se deleitara vi�ndome las
piernas tan cerca como no lo hab�a hecho nunca, aunque me conoc�a totalmente
encueradita y hasta me hab�a visto masturbandome, siempre hab�a sido a
considerable distancia.

Cuando regres� del colegio, al estacionar el auto me encontr�
que el auto del se�or Eduardo estaba en el lugar en que yo me deb�a estacionar y
el espacio vac�o era el que estaba junto a la puerta de acceso a la casa, antes
de que me bajara del auto apareci� mi morboso vecino y se acerc� a la
ventanilla, para explicarme que era mejor para m� estacionarme en ese lugar en
virtud de que era reducido el espacio entre los dos autos para bajarme y
subirme, cosa que le agradec�, aunque de inmediato de me d� cuenta de sus
intenciones, ya que por ese lado era mas f�cil verme al abordar y bajar del
auto.

Mientras me daba esa explicaci�n sus ojos se posaban en mis
piernas que como por la ma�ana le ense�aba generosamente, pero lo mejor fue
cuando, en su presencia, me baj� del auto separando las piernas pr�digamente, al
vecino se le sal�an los ojos de las �rbitas, hab�a podido verme hasta el fondo
de mi entrepierna las diminutas pantaletas transparentes en color rojo que usaba
ese d�a, ya teniendo una de mis piernas abajo del auto fing� que se me hab�an
olvidado los cigarrillos y me volte� para tomarlos permiti�ndole ver a placer mi
vulva forrada en las pantaletas transl�cidas as� como mi abundante vello pubico.

Aunque trataba de disimularlo era evidente el bulto que su
erecci�n hacia abajo sus pantalones, simulando no darme cuenta me retir�
contoneando mi cuerpecito con el fin de hac�rmele mas apetecible, originalmente
esa era la �nica finalidad, dentro de m� re�a divertida haci�ndolo calentarse
dese�ndome, aunque ello no dejaba de ponerme un tanto cachonda como siempre que
s� que alguien me desea y soy capaz de ponerle la verga erecta tan solo de
imaginar que disfruta de mi cuerpo, adem�s de la satisfactoria y excitante
tendencia que tengo por exhibir mi anatom�a.

Diariamente era lo mismo dejandome ver cada d�a mas, no solo
en las ma�anas al ir al colegio y cuando regresaba, sino tambi�n lo hacia por
las tardes y en ocasiones sin motivo alguno me sub�a al auto y tan solo le daba
algunas vueltas a la manzana para regresar y mostrarle al vecino mis encantos en
minifaldas realmente atrevidas, a diario �l sabia con precisi�n de que color
eran las pantaletas que estaba usando o si de plano ese d�a no usaba y si
llevaba sost�n o no, invariablemente su verga se erectaba y �l mismo cada d�a se
preocupaba menos por tratar de ocultarla. En ocasiones no me pon�a las
pantaletas desde mi casa, las llevaba en la mochila de mis libros, para
mostrarle mi vulva y vellosidad en directo y unas cuadras adelante me deten�a
para pon�rmelas y de regreso hacia lo mismo pero en sentido inverso, quedando el
se�or Eduardo con la impresi�n de que no hab�a usado ropa interior ese d�a.

Cada d�a nos �bamos descarando mas en las exhibiciones
lubricas, yo a ense�arle mis "rinconcitos �ntimos" y �l la prominencia de su
endurecido camote, cada d�a me hacia mas a la idea de que bien podr�a "echarme
unos buenos palos" con mi caliente vecino y la idea se fortalec�a a cada momento
ya que me excitada cada vez mas dejarme ver ante su morbosa mirada e imaginar
como seria su verga en erecci�n, aunque nunca he tenido tendencias de "Lolita",
o sea de chicas que gustan de ser cogidas por adultos evidentemente mayores y
nada quieren saber de gente de su edad, yo no tengo distingo, igual me han
cogido chavos mas j�venes que yo, de mi edad y mayores, el placer sexual no lo
da la edad, sino la situaci�n en la que se den los hechos, cuando menos eso creo
yo.

As� que lleg� el d�a en que amanec� muy caliente y decidida a
llegar a algo mas con mi caliente admirador voyer, no era d�a de escuela y trat�
de lucir atractiva y fundamentalmente sexy, provocativa e invitante a las
"travesuras" er�ticas, me atavi� con un minivestido en color azul que
propiamente usaba solo para ir a alguna fiesta o a la discotheca, que me quedaba
muy ajustado por el material el�stico en que esta hecho, solo me cubre las
nalgas y escasos cent�metros de los muslos, es bastante escotado dejando ver
casi la mitad de mis crecidas tetonas y es imposible ponerse brassiere sin que
se vea, no me puse pantaletas, solo las pantimedias de tipo "desnuda", para
quien no las conozca son de las que no tienen la calzoneta tradicional y est�n
hechas del mismo material, transparencia y textura desde la punta del pie hasta
el resorte de la cintura, por lo que mi vulva y vellosidad quedar�an plenamente
expuestas.

Con total determinaci�n fui al auto, que era solo el pretexto
para intentar la audaz experiencia, encend� el motor pero sin subirme totalmente
al auto, es decir solo una pierna arriba del carro y la otra apoyada en el piso,
por l�gica mis piernas estaban en completa separaci�n dejando ver toda mi zona
p�lvica y vulvar, "m�gicamente" hizo acto de presencia el morboso vecino, quien
caballerosamente me salud� pero sin verme a la cara, sus ojos estaban fijos en
mi entrepierna admirando "mis cositas", como un resorte su verga evidenciaba su
erecci�n, sostuve la pose con todo descaro y �l con cinismo no dejaba de ver mis
partes intimas, sin siquiera intentar disimular el bulto de su falo, cuando
quitaba la mirada de mi pelvis, era para posarla en mis chichonas y yo
desvergonzadamente hacia lo mismo en la marcada protuberancia que formaba su
miembro.

Se acerc� a m� lo mas que pudo y sin ninguna inhibici�n me
miraba lo que le estaba ense�ando, sent�a que mi vulva empezaba a secretar sus
fluidos, no hab�a duda esta bien cachonda y decidida a exponerme a cualquier
rechazo, sin mediar palabra extend� un poco mi mano y con apenas la punta de mis
dedos toqu� la parte en donde estaba la cabeza de su pene, �l sin sorprenderse
hizo lo mismo por dentro el contorno del escote de mi vestido rozando mis senos,
pasada la primera impresi�n palp� con toda la palma de mi mano la extensi�n de
su s�lida verga pas�ndola desde sus g�evos hasta el glande, animado el vecino
meti� la mano dentro de mi busto para agarrarme la chiches con todo descaro, yo
presa de la cachondez lo permit�a complaciente, entrecerrando los ojos de lo
rico que sent�a con la mano del vecino acarici�ndome los senos cuyos pezones se
endurecieron al instante.

Don Eduardo vest�a pantalones deportivos de los llamados
pants por lo que pod�a agarrarle la verga con todo mi pu�o, presa por completo
de la lujuria tir� de sus pants baj�ndoselos hasta los muslos, su vergota salto
de los pants quedando en forma horizontal apuntando hacia mi rostro, le frotaba
a manera de masturbaci�n mientras el atrevido vecino me bajo la parte alta del
vestido sac�ndome las tetonas para acariciarlas a plenitud con ambas manos, su
falo estaba a escasos cent�metros de mi boca y estaba tomado valor para
mam�rsela cuando de forma precoz empez� a eyacular cayendo los dos primeros
chorros de esperma en mi cara y los siguientes en mis crecidos senos, le segu�
chaqueteando hasta que el semen dej� de fluir, visiblemente apenado el ser
Eduardo me ofreci� entrar a su casa para lavarme, lo que acept� sin chistar.

En el conjunto habitacional todas las casas son iguales y la
puerta al garaje es por la cocina, entr� para lavarme la cara en el fregadero,
para lo que hab�a que inclinarme, cre� que me ir�a a casa caliente, pero en eso
estaba cuando advert� que el vecino se repegaba a mis nalgas sintiendo su camote
aun endurecido, vaya poder de recuperaci�n su verga estaba tan dura como en un
principio, permanec� inclinada mientras �l me levant� el minivestido a la
cintura y tir� de las pantimedias dej�ndomelas a las rodillas, me repeg� la
verga en mis gl�teos en forma vertical buscando la separaci�n de �stos en donde
qued� aprisionada y con ambas manos me sujetaba de las tetonas masajeandomelas,
yo mov�a mi cadera en el �xtasis de la cachondez.

Ante mi aceptaci�n, me solt� los senos agach�ndose para
besarme las nalgas, las lam�a y con su lengua buscaba mi ano entre ellas, separ�
las piernas para facilitarle la morbosa tarea, su lengua en mi culo me pon�a al
borde del orgasmo en tanto con su mano me acariciaba la vulva y la parte baja de
mi vellosidad pubica, metiendo el dedo pulgar en mis labios vaginales dedeandome
mientras no cesaba de besuquearme las nalgas y el culo, me di media vuelta
mostr�ndole mi peluda panocha y mi babeante hendidura sexual, enseguida ya me
estaba mamando el sexo tragando mi n�ctar intimo hasta llevarme al primer
orgasmo que expres� con sonoros jadeos y apagados gritos de placer.

Era mi turno de hacerle los honores a su poderoso camote, �l
se incorpor� y yo me puse en cuclillas y sin mas tr�mite me met� su falo entre
mis labios chup�ndoselo, sin sacar su verga de mi boca me quit� las pantimedias
y me saqu� el vestidito quedando encueradita, solo sobre las zapatillas de altos
tacones, le succionaba con apasionamiento dado el grado de excitaci�n que ten�a
ante la nueva aventura con un hombre mayor y casado, incluso con dos hijos, una
de ellos era una chavita casi de mi edad, y adem�s para mostrarle a mi nuevo
"Querido" que ten�a la experiencia necesaria para tener relaciones sexuales
conmigo, me met�a casi totalmente su �rgano viril en mi boca alberg�ndolo en mi
garganta en tanto le pasaba las u�as de mis dedos por los g�evos, as� por largo
rato y antes de que fuera a eyacular nuevamente suspend� la felaci�n.

Poni�ndome en pie, levant� una pierna que �l atrap� con uno
de sus brazos y con mi mano encamin� su falo a mi escurriente hendidura sexual
coloc�ndolo entre mis labios vaginales y empujando mi cadera para penetrarlo en
mi vagina, �l hizo presi�n y sin mayor esfuerzo su verga entr� en mi lubricada
rajita, dando inicio a un interminable vaiv�n de su verga en mi �rgano
reproductor, mi ahora "querido" bajaba su rostro para poder chuparme las tetonas
que yo misma colocaba en su boca con una de mis manos sin dejar de mover mi
cadera y abdomen en forma ondulante y pronunciando m�rbidas frases cortas para
expresarle el placer que me estaba dando sin dejar de pedirle que me siguiera
cogiendo tan rico como lo hac�a.

Romp� la pose que para entonces ya me resultaba un tanto
incomoda, optando por lo mas sencillo, me apoy� sobre el fregadero empin�ndome
para ofrecerle mis nalgas y si �l as� lo decid�a me cogiera por el culo, pero no
lo hizo, me penetr� nuevamente por la vagina, reincidiendo el entrar y salir
interminable de su camote en mi sexo, la pose me daba mas amplitud a mis
movimientos de cadera haci�ndome "venir" una vez mas en sonoro y placentero
orgasmo.

Minutos despu�s me dijo que estaba a punto de eyacular, tal
vez tom�ndome opini�n si pod�a hacerlo dentro de mi vagina, pero prefer� probar
su esperma para lo que me saqu� su verga de mi vagina e hinc�ndome ante �l le
chup� la verga, hasta que sent� que me ahogaban los chorros de espeso y tibio
esperma lanzados por su glande a mi garganta y paladar, tragu� su leche
sabore�ndola hasta la �ltima gota.

Me invit� a pasar a su ba�o para lavarme, me dijo que lo
hiciera con confianza que no hab�a nadie en casa en ese momento, en total
desnudez entr� al ba�o acompa�ada por �l, quien con sorprendente acomedimiento
me empez� a limpiar con una esponja h�meda todo el cuerpo incluidos mis
"rinconcitos �ntimos", lo que me produc�a excitaci�n extra capaz de continuar
con esa atrevida sesi�n de sexo, sin embargo temerosa de que pudieran volver su
esposa o sus hijos prefer� reservarme para mejor ocasi�n, que no habr�a de
tardar mucho.

Volvimos a la cocina para vestirme y ah� nos besamos en la
boca por primera vez y me hizo prometer que nadie sabr�a de nuestra naciente
relaci�n, tal vez por temor a su esposa y principalmente a que yo era una menor
de edad ya que para entonces aun no cumpl�a los 17 a�os de edad, olvidando que
la mas interesada en que eso no se supiera era yo, me fui a casa satisfecha de
mi "fechor�a" y muy animada con poder llevar una relaci�n sexual con un hombre
mayor, con lo que me convert�a, como dicen en el lugar de origen de mis padres
cuando una mujer anda con un casado, en su "Querida", me excitaba esa situaci�n
poco com�n para m�.

La aventura se repiti� varias veces cogi�ndome en su casa,
aprovechando las ausencias de su familia y en ocasiones nos pon�amos de acuerdo
y visit�bamos moteles cercanos a nuestro domicilio, pero algo que me llam� mucho
la atenci�n fue el d�a en que me llam� por el tel�fono celular, cosa que hacia a
diario, para pedirme que me desnudara en mi recamara y �l poder verme desde su
casa a trav�s de los binoculares, me iba quitando la ropa conforme me lo ped�a y
posaba para �l seg�n sus instrucciones, pero ese d�a cuando ya estaba totalmente
encueradita me propuso que fuera a su casa para cogerme ya que no estaba su
familia y volver�an dos d�as despu�s, acept� no obstante que ya eran las 11 de
la noche y en casa ya todos estaban dormidos.

Siguiendo las "sabias ense�anzas" de mi prima Cristina solo
me puse un abrigo sobre mi cuerpo desnudo y las sandalias destalonadas que
calzaba, cruc� el prado que divide los m�dulos de casas, no sin algo de temor de
ser vista por alg�n vecino, si en mi casa se dieran cuenta de que sal� a esas
horas, tenia preparada la mentira de que en el auto se me hab�a quedado un libro
que necesitaba y hab�a ido por �l, sin haber colgado la comunicaci�n a trav�s
del celular le indiqu� que ya estaba por llegar para que me abriera la puerta de
la cocina, cuando llegu�, ah� estaba �l tambi�n totalmente desnudo y con la
verga bien parada, me hizo pasar quit�ndome de inmediato el abrigo, nos besamos
en la boca y sus manos empezaron a recorrer mi desnudo cuerpo y yo a �l le
masturbaba su hermosura sexual.

Pero lo que mas llam� mi atenci�n es que en la sala, sobre el
sill�n ya estaban varias prendas de vestir femeninas, ante mi desconcierto me
pidi� que me las pusiera, sin saber de que se trataba acced� empezando por una
diminutas pantaletas tipo tanga en color azul cielo con encajes en el frente y
el resto transparentes que me quedaba como hechas a mi medida, un brassiere en
el mismo color aunque no era parte de un coordinado, �ste solo lo abroch� por mi
espalda ya que las copas eran demasiado chicas para mis crecidas tetonas, unas
calcetas hasta las rodillas, una camisola blanca y un uniforme escolar de
secundaria con falda y sweter.

Me explic� que era la ropa sucia de su hija, que era mas o
menos de mi edad, y quer�a ver como lucia en las ropas de su descendiente, una
vez vestida con las ropas de su hija me sent� en sus piernas bes�ndome en la
boca y metiendo su lengua en ella, a poco me fue agarrando las rodillas y
lentamente sub�a la mano por mis muslos, como si fuera la primera vez que me
manoseara, a poco ya ten�a su mano en mi vulva por encima de las peque�as
pantaletas alternando sus morbosas caricias en mis chiches por encima de la
camisola, aun no me daba cuenta cual era el prop�sito de ello y me dejaba
d�cilmente.

Primero me quit� el sweter y pausadamente me desabrochaba los
botones de la camisola, las manos le temblaban nerviosamente o tal vez por la
enorme excitaci�n que eso le provocaba, su verga estaba firme como si fuese de
hierro y por el ojete del glande le brotaban gruesas gotas de cristalino liquido
seminal, por fin me abri� la camisola chup�ndome con delirio las tetonas y
arreciando las caricias en todo mi cuerpo pero de forma especial en la zona
vulvar sin quitarme las breves pantaletas que ya estaban mojadas con mis flujos
vaginales.

Me pidi� que me parara delante de �l para admirar mi cuerpo
en las ropas de su hija y posara en diferentes �ngulos, mostr�ndole mis chiches
y que me levantara la faldita para mirarme en pantaletas, mientras el se frota
la verga con verdadero disfrute, nuevamente me pidi� que me acercara e
hinc�ndome entre sus piernas le besara la verga, cosa que hice con mucho agrado
succionado el cristalino fluido que emanaba de su falo, le lam� todo el tronco y
los g�evos para regresar por el mismo camino y chuparle el pene en forma,
meti�ndomelo en la garganta hasta solo dejar fuera de mi boca sus poderosos
g�evotes.

Pronto me "Cay� el veinte" de lo que estaba haciendo, cuando
me dijo "Te voy a coger nenita", con ese sobrenombre cari�oso de "Nenita" se
refer�a normalmente a su hija, el caliente vecino estaba fantaseando que se
estaba cachondeando y se coger�a a su propia hija al hacerlo conmigo, no me
desagrad� la idea ya que eso le pon�a mas caliente y le daba placer, empec� a
"seguirle la corriente", llam�ndolo "Papi" como su hija le dec�a, Don Eduardo
estaba que se quemaba de cachondo, me puso de "perrita" sobre el sof� y no quiso
que me quitara la ropa, solo me hizo a un lado las pantaletitas y ensaliv� mi
culo directamente con su boca y lengua.

Luego enfil� su verga a mi ano empujando con cuidado, poco a
poco mi orificio anal se fue abriendo para dar paso a su verga y pronto se
devor� la cabeza de su miembro y cent�metro a cent�metro el tronco de su
hermosura viril hasta que sus test�culos golpeaban mis ingles a cada embate de
su pito en mi conducto excretor, en tanto �l estaba asido de mis chiches y me
repet�a a cada momento que era su "Nenita", yo le ayudaba en su fantas�a
dici�ndole, "C�geme Papi que rico me coges, que sabroso te coges a tu nenita por
el culito" y frases por el estilo haci�ndolo sentir que se cog�a a su hija,
pronto me lleg� el primer orgasmo que disfrut� a gritos, una vez que termin� de
"venirme", me sac� la verga del culo y me hizo voltear, apart� las pantaletas y
me mam� la panocha tragando el n�ctar intimo que escurr�a de mi sexo haci�ndome
"venir" una vez mas pr�cticamente en su boca y remat� meti�ndome la verga en la
boca en donde eyacul� y tragu� con placer su esperma.

Hab�amos terminado por ese d�a, premeditadamente no me quit�
las pantaletas apropi�ndome de ellas, como es mi mala costumbre, tampoco le
mencion� por esa vez de la fantas�a de cogerse a su hija que le hab�a hecho
vivir, pero esas haza�as se repitieron muy seguido ya que su esposa se hab�a ido
a vivir provisionalmente a Quer�taro por estar su madre enferma en esa ciudad,
solo venia de vez en cuando y los hijos se iban para all� muy continuamente,
situaci�n que aprovech�bamos para disponer de la casa en donde me cog�a
visti�ndome con la ropa de su hija, en la recamara de �sta y no menos de media
docena de veces me qued� con las sensuales pantaletitas sucias de la chica y en
tres ocasiones me rob� las pantaletas de la esposa, tan o m�s sensuales y
peque�itas que las de la hija.

En una ocasi�n que me estaba cogiendo en esas circunstancias
le pregunt� que si le gustar�a cogerse a su hija y lo neg�, tal vez apenado por
lo que considerar�a una degeneraci�n inmoral o algo parecido, pero eran por
dem�s evidentes las fantas�as que tenia cuando me cog�a

ataviada con la ropa de su hija y en la propia recamara de
�sta. Nunca le insist� al respecto porque para m� estaba mas que claro.

Durante los casi seis meses en que fui su "Querida", Eduardo
me regal� mucha lencer�a fina, pero en especial aprecio mucho una cadenilla
tobillera de oro que aun llevo en mi tobillo izquierdo y m�ltiples regalitos que
no vale la pena mencionar.

La candente relaci�n termin� cuando por motivos familiares
tramit� su cambio de adscripci�n en la empresa en la que trabajaba para irse a
radicar definitivamente a la cuidad de Quer�taro con su familia y vendi� la casa
a los actuales due�os.

En varias ocasiones que vino a la capital del pa�s me visit�
y por supuesto disfrut� de mi cuerpo cogi�ndome por todos lados posibles, pero
eso termin� definitivamente al poco tiempo de haberse ido de aqu�.

Georgina del Carmen