Por Bajos Instintos 4

POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO

No hay caso, no puedo serle infiel a mi marido, Armando.

Y no es porque no haya intentado. Pero es que estoy muy
enamorada. Presa en sus garras. En las garras de mi amor por Armando.

Cierto que su polla no es una polla de concurso, como la de
su compa�ero de trabajo, Ricardo, quien intent� propasarse una noche en que
Armando tuvo que irse a un velorio y le pidi� que me hiciera compa��a para que
no me quedara solita, Ni es tan fogoso como Roberto, el encargado del edificio,
que siempre que puede me arrastra al s�tado, para intentar abusar de m�. No s�
por qu� a tantos hombres les pasa eso conmigo. Por qu� debo soportar tantos
desaf�os a mi virtud de esposa. A mi vecina Rosa no le pasa eso, por lo que
puedo ver. Claro que ella nunca tuvo unos tetones como los m�os, pero no se si
esto tenga algo que ver, porque la se�ora Mar�a tampoco sufre tanto asedio.
Puede que se deba a que ella no use una falta cortica como la m�a, que apenas me
tapa el nacimiento de los muslos. Pero no le quedar�a bien a sus ochenta y dos
a�os, eso debo reconocerlo. Pero quiz� no deber�a usar faldas tan largas y
tantas ropas encima, porque le dan un aspecto de persona vieja. El padre
Gonzalo, mi cura confesor, opina que son mis tacos aguja los responsables de los
frecuentes asaltos invasivos que suelo sufrir, porque hacen que mis redondeces
anden bambole�ndose a mi andar. Pero ya no me insiste m�s en que use remeritas
menos ajustadas para que no se me marquen los pezones. Desde que le expliqu� que
yo necesito que mis pechos respiren, se call� la boca.

As� que para m� es un misterio lo que les pasa a los hombres
conmigo. Creo que son pruebas que me manda Dios.

Bueno, dec�a que mi amado Armando no tiene "la gran" pija,
siendo m�s bien moderado al respecto. Pero ese es su temperamento, absolutamente
libre de lujuria, porque es un buen hombre. Lo �nico que lo entusiasma es cuando
le pido que me haga mamadas de co�o, que eso lo hace muy bien, desde que lo
acostumbr�. Y suelo tenerlo horas por all� abajo. Y nada m�s. Porque no le pido
que me haga otras cosas. Eso me confirma en nuestro amor, porque nuestra
relaci�n est� totalmente exenta de pasi�n carnal. Por eso s� que nuestro amor es
verdadero.

Pero �ltimamente estoy un poco enojada con �l, desde que se
quej� por las seis mamadas diarias que yo le ven�a haciendo. �Por qu�, me
pregunto, yo lo dejo hacerme seis u ocho mamadas, y a veces le piso m�s, y nunca
me he quejado, sino todo lo contrario, y �l se quejaba de mis demostraciones de
afecto hacia su nabito? Y no lo digo de modo despectivo, sino m�s bien
descriptivo. As� que ahora no se la mamo m�s. Al menos en directo, ya que tengo
un amigo que me presta su polla para que pueda mam�rsela a mi marido a control
remoto. Norberto es un gran muchacho, y me presta ese servicio
desinteresadamente. Como su amigo Gustavo, el grandote, que nos presta su
departamento y se queda para ver. Cosas de muchachos. Pero �l tambi�n es
generoso como Norberto. As� que de mamadas ando bien. Aunque a veces debo
aceptar ciertas libertades que se toman estos chicos con mi cuerpo, pero favor
con favor se paga. Y adem�s yo, mis orgasmos se los dedico a Armando, y procuro
tenerlo en mente cuando me ocurren. Porque a mi amado esposo, mi �ngel siempre
lo llevo en mi esp�ritu. M�s a�n ahora que estoy llevando adelante mi
revolucionaria cruzada para educar a los j�venes, para alejarlos de los riesgos
del sexo.

Ayer, cuando sal� de mi trabajo de secretaria en el
consultorio del doctor Mart�nez estaba un poco cansada. Hab�a sido una tarde con
mucho trabajo, y el doctor me hab�a exigido mucho. As� que el culo me escoc�a un
poco, aunque la crema que se iba escurriendo ten�a efectos suavizantes. Estaba
un poco cansada, s�, pero eso no iba a impedir que acudiera a la cita con mi
feligresa, Daniela, una criatura de quince a la que estaba previniendo sobre los
peligros de la vida, en mi car�cter de miembro de la Liga Confesional Femenina.
Tuve que inventar esa organizaci�n para que la ni�a me hiciera sus confesiones
con confianza. Y al padre Gonzalo le pareci� bien y me presta el confesionario.
Ambos pensamos que si la Liga no existe, habr�a que fundarla.

En esta nueva confesi�n el padre insisti� en quedarse conmigo
en el cub�culo del confesor, para poder escuchar �l tambi�n la confesi�n de la
ni�a, y ver que tal la estaba llevando yo. Me pareci� bien, est�bamos un poco
apretados, pero supimos arreglarnos. El padre me hizo sentar encima suyo, lo que
me hizo recordar las sesiones que ten�a con mi abuelo de peque�a, y de no tan
peque�a.

La nena comenz� su confesi�n con voz agitada. Se ve que le
urg�a contarme su lucha contra el pecado. O quiz� era porque se hab�a estado
tocando. No s�. Por las dudas, antes de dejarle iniciar, verifiqu�: "�Tienes los
deditos all� abajo, hija m�a?" "S�, madrecita, como siempre." "Muy bien,
adelante."

"�Volv� a mamaresela a Hugo, madre!" Hugo es un amigo del
novio que, a diferencia de este, tiene veinti�n a�os, o sea seis m�s que ella.
Estas cosas impresionan mucho a las jovencitas, m�s cuanto su novio tiene su
misma edad.

"�Pero sin que me llevara a bailar, porque estaba sin
dinero!"

"�Y d�nde se la mamaste, hija m�a?"

"�En el ba�o del bar, madre!"

"�El bar donde vas con tu novio?"

"�El mismo, madrecita, pero mi novio estaba jugando al
metegol con sus amigos!"

En eso sent� que el padre Gonzalo se hab�a levantado la
sotana, liberando su tranca que sent� contra mis muslos. Se la apret� con ambos,
con todo el cari�o que el padre me inspira.

"Cu�ntame, hija m�a..."

"�Bueno, que en cuanto lleg�, me lo llev� de la mano y lo
met� en el ba�o! �Hab�a mucho olor a pis, madre, porque no limpian mucho, pero a
m� no me import�, la suciedad me estimulaba. Y se ve que a �l tambi�n, porque
cuando lo met� en el cub�culo del inodoro y le saqu� la poronga afuera, ya la
ten�a dura y parada! �Ay, madrecita...!"

"Te comprendo, hija, contin�a..." El padre Gonzalo estaba
frotando su tranca contra mi intimidad, sin sacarme la braguita. Cuando hace
esas cosas siento que dentro de su inmaculada santidad, el padre es un poco
perverso. Pero siento tambi�n los efectos de esas frotaciones, y me digo "no hay
que juzgar..."

"Debes aceptar, Hugo, que s�lo amo a mi novio..." Le dije,
como usted me indic�, mir�ndolo a los ojos. �Y despu�s me arrodille, madrecita!"
"�Se siente bien...?" Creo que hab�a escuchado alg�n gemido de los que me estaba
produciendo la frotaci�n de esa gruesa y caliente tranca contra mi intimidad.

"S�, hijita, contin�a con tu confesi�n..."

"�Usted no sabe madrecita lo que sent� con esa olorosa tranca
frente a mi cara...!"

"... Me ima... gino... hi... ja..."

"�Antes de met�rmela en la boca, me la pase� por toda la
cara, madrecita, y por el cuello! �Y se la bes� todita todita, se la dej� bien
llena de besitos!"

No le contest� nada, porque yo estaba teniendo los
estremecimientos de mi intimidad que me anuncian el orgasmo.

"�La verdad es que me sent� muy puta, madrecita, ah�
arrodillada frente al amigo de mi novio, en ese ba�o sucio y lleno de olor a
pis! �Y mi novio jugando al metegol a pocos pasos, detr�s de la puerta del ba�o!
���Y me puse como loca, y se la chup� y se la chup� y se la chu.. p�...!!!
Per... do... ne� ma� dre� ci� ta� pero� me� es� toy� acor� dan� do�"

Pero yo estaba acabando silenciosamente, sintiendo las manos
del padre amasando mis tetones. As� que no dije nada, para evitar alarmar a la
ni�a con mis jadeos. Aunque a juzgar por los suyos, no creo que hubiera
percibido nada. Estuvo un ratito en silencio, mientras sus jadeos iban
amainando.

El padre hab�a decidido comenzar con su habitual homenaje a
mi ojetito, para lo cual me corri� la braguita, sin sac�rmela. Esas delicadezas
tiene el padre.

"Pero a tu novio, hija m�a, �se la orde�aste, al menos?"

"�Lo hubiera intentado, madrecita, pero no pude! ��Porque
Huguito no hab�a acabado!!"

"Que pena, hija" coment�, compadecida por el buen muchacho.

"�Nada de pena, madre! ��Porque me hizo dar vuelta, me
levant� la pollera tableada, y me puso la caliente poronga justo a la entrada de
mi conchita!! ���Ay, madrecita, qu� momento!!! �Yo no sab�a si dejarlo hacer o
no, pero me empez� a dar unas pinceladas en los labios de la vagina, que
aumentaron mi indecisi�n!"

Mi rebosante culo se estaba abriendo gozoso al paso de la
santa tranca de mi confesor. "Contin�a hi... ja..." dije con la mayor calma
posible.

"�Bueno, que con tantas pinceladas, mi conchita se llen� de
jugos y de pronto, �z�s!, me hab�a metido un poquito de tranca!"

El padre hab�a completado el enterr�n en mi orto. De modo que
hice lo �nico que me cab�a hacer: con ambas manos separ� mis redondos gl�teos
para que me la enterrara un poco m�s.

"Bueno, madre, ���que me dej�!!! �Hice mal...?"

"No... hija... m�a... �qu� otra... cosa... hubie... ras...
po... di...do... ha... cer...?"

"���Nada, madre!!! ���Cuando me tuvo completamente ensartada
supe que no hab�a nada que pudiera hacer salvo dejarme...!!!"

Yo estaba en las mismas. As� que sent� una corriente de
simpat�a hacia la chica. El padre me aferraba con ambas manos los tetones y le
daba con entusiasmo a la pelvis.

"���Y ah� estaba yo, madrecita, dej�ndome culear por un amigo
de mi novio!!! ���Y encima me sal�an gemidos de placer...!!! ���Y... mi... no...
all�... no... m�s... sin... saber... los... poron... gazos... que... me...
es...ta... ban dando...!!!" Evidentemente la chica se estaba tocando. Pero yo no
estaba en condiciones de aconsejar nada porque la tranca del padre me estaba
llenando el culo de leche. As� que hice lo �nico que una mujer decente puede
hacer en esos casos: me corr�.

"���Y c�mo... la... mov�a... Hu...gui... to... !!! ���Me sen�
t�a� como� u� na� coc� tele� ra� madre!!! ... Y cuan... do... sen... ti...
que... empe... zaban... a salir... los chorros.... me corr�, como una
puta...!!!" "Madrecita, acabo de correrme, �est� mal?"

"No..., hi... ja.... m�a... Eres... hu... ma... na...!"

"Y ese d�a ya no me quedaban ganas de orde��rsela a mi
novio..."

"Y al d�a siguiente lo hubiera hecho, a�n sin ganas..."

"As� debe ser hija m�a, hay que cumplir con el ser amado a�n
sin ganas..."

"�Pero no pude, madre! ��Porque al d�a siguiente vino a
buscarme Huguito y me llev� a su casa, porque estaba solo!! ���Y yo no se bien
por qu�, pero me fui con �l!!!"

"�Y al d�a siguiente, hija...?"

"Yo hab�a quedado de cama, santa madre, as� que no quise
salir con mi novio..."

"�Y el d�a despu�s de ese, hija m�a...?"

"Huguito me llev� a un hotel, donde me estuvo dando y dando.
��No sabe c�mo me dio, madrecita...!!!"

Bueno, que el amigo de su novio se la estuvo cogiendo toda la
semana, pobre chica. As� que pod�a comprender su dificultad para orde��rsela al
novio. Adem�s me parec�a que muchas ganas no ten�a la chiquilla.

Pero de cualquier modo estaba avanzando. Ahora comprend�a
cosas sobre los peligros de la vida, que jam�s hab�a sospechado hasta que
comenz� sus confesiones conmigo.

"Lo que es importante, hija m�a, es que tengas bien presente
que tu novio es tu �nico amor."

"... Er... si, madre. . Pero ahora me tengo que ir porque me
est� esperando Huguito afuera... "

"Ve, hija m�a, y sigue manteni�ndote firme en tu lucha por la
virtud."

Yo hab�a estado apretando con mi carnoso orto la verga del
padre, as� que hab�a retomado su dureza y toda su longitud. As� que despu�s de
que la ni�a se hubo ido, nos quedamos un ratito m�s, bendici�ndonos mutuamente.

Al llegar a casa me di un buen ba�o y me perfum� por todas
partes, as� mi amado esposo encontraba a su esposita adorable como siempre. Y
luego me derrumb� en la cama como un b�falo al que le han hecho un disparo. Y no
me despert� hasta pasada la medianoche, cuando Armando me estaba haciendo su
homenaje. Lo dej�, al fin y al cabo es mi amado esposo.

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