Relato: Historia de Andrea





Relato: Historia de Andrea


Aclaraci�n Necesaria




Mis anteriores relatos, estuvieron centrados en mi y en mi
relaci�n amoroso con Arturo mi amado suegro. Ello sigue y soy feliz compartiendo
mi vida con �l. Lo amo. Ahora, cuento la historia de mi amiga Andrea, ella es
una linda espa�olita de 18 a�os que est� perdidamente enamorada de su hermano y
que hace pocos d�as ha hecho realidad la ilusi�n de su vida, hacer el amor con
su amado hermano. Pero esta situaci�n se ha visto superada, porque su hermano no
solo la desea sexualmente sino que corresponde plenamente a los sentimientos de
Andrea, la ama desde siempre y as� se lo ha dicho. Ahora, quiz�s en este
momento, ellos est�n disfrutando de su amor, en su departamento en Madrid y eso
a mi me alegra. Felicidades amiguita. En base a ello, constru� la historia que a
continuaci�n les relato, si bien el marco es una fantas�a, el fondo, el amor de
Andrea por Gonzalo, su hermano y viceversa es real. All� les va:





HISTORIA DE ANDREA




Estoy sentada en una mecedora en el jard�n interior de mi
casa y veo jugar a mis hijos. Tengo 3, el mayor Gonzalo de 10 a�os, Andrea la
segunda de 8 y Carissa de 7. Gonzalo es adoptado. Decidimos adoptarlo en una
�poca en que mi marido y yo pens�bamos que no pod�amos tener hijos propios, sin
embargo dos a�os despu�s de adoptar, sal� embarazada y llegaron las propias. Veo
el cari�o de Gonzalo por la menor de sus hermanas, c�mo la protege, c�mo la
mima, c�mo la prefiere e inconscientemente mi mente viaja en el tiempo y me miro
20 a�os atr�s.... en casa de mis padres....



Yo tambi�n era la menor de cuatro hermanos. Gonzalo, el mayor
ten�a 21 a�os cuando yo apenas ten�a 8. Pero desde siempre sent� que yo era su
preferida, por la forma c�mo me cuidaba, c�mo me alzaba cual una pluma entre sus
fuertes y poderosos brazos. A mi me encantaba estar con �l, sentir su presencia.
Era en una palabra mi alter ego... adoraba a mi hermano. Cuando tuvo los 22
a�os, Gonzalo parti� hacia nuevos horizontes y viajo de la provincia a la
capital. Madrid era como un im�n para todos los j�venes en esa �poca... se hab�a
salido del ostracismo que signific� la era del Franquismo y nuevos vientos
soplaban en la pen�nsula. Yo ten�a 9 a�os cuando Gonzalo se march� y recuerdo
que por un buen tiempo lloraba todas las noche, evocando a mi hermano.



El tiempo pas� y llegaban pocas noticias de Gonzalo... tuvo
varios trabajos, empez� a estudiar en las noches y finalmente ancl� en una
empresa donde empez� a hacer carrera. Sus cartas eran frecuentes y mam� las le�a
siempre a la hora del almuerzo... yo cerraba los ojos y me imaginaba que era su
voz la que me narraba todas las peripecias que pasaba en la capital. Cuando
cumpl� los 14 a�os, me alegr� sobremanera cuando me enter� que mi hermanito
volv�a por 15 d�as a casa. Estaba yo en pleno desarrollo, es esa �poca en que
las ni�as a�n no nos definimos y algunos barritos hab�an aflorado a mi cutis.
Eso m�s los anteojos correctores para leer y los brackets en mis dientes me daba
un aspecto de nerd. Yo me ve�a horrible. En el Cole, solo ten�a dos o tres
amigas, catalogadas siempre como las m�s tontas de la clase y por ello
permanentemente objeto de burla de chicos y chicas.



Efectivamente, Gonzalo regres�, cargado de regalos para
todos. A mi me obsequi� una de esas cajitas de m�sica, que cuando los destapas
una bailarina de ballet gira incansable hasta agotar la cuerda. Ese regalo es lo
m�s preciado que siempre he guardado. Pero la atenci�n de mi hermano casi fue
nula hacia mi. Gonzalo, mi hermanito, lleg� no se, mas guapo, mas hombre y esa
admiraci�n y cari�o que siempre hab�a sentido por �l, se transform� en un
sentimiento mas profundo... a mis cortos 14 a�os... llegu� a la conclusi�n que
estaba perdida y locamente enamorada de �l. Entend�a que eso era imposible y que
era un amor prohibido y culpable, pero all� estaba dentro de m� esa flama que
por m�s esfuerzo que hac�a, no se extingu�a. Para �l, solo era su hermanita, la
flaquita fe�ta... casi el patito feo de la casa. No pas� en esa �poca de hacerme
un par de mimos, pero hab�a dejado de darme esa preferencia que me demostraba
cuando yo ten�a 8 a�os y era una nena bonita y vivaz. Durante los 15 d�as que
pas� en casa, Gonzalo, disfrut� de las comidas y bebidas del terru�o, pero
sobretodo de los favores de todas las chicas lindas del pueblo que revoloteaban
a su alrededor y ca�an rendidas sin excepci�n ante su apabullante simpat�a y a
sus innegables atributos f�sicos.



Para hacer esto m�s simple, no hubo chica linda del pueblo,
que no disfrut� de gozarse a mi hermano. Yo era para ello una pertinaz
observadora de sus correr�a y m�s de una vez, lo espi� mientras se follaba a
cuanta belleza con faldas se le pon�a a tiro. Al terminar su visita y despedirse
de todos, Gonzalo volvi� a la capital. Sus cartas ya no eran tan frecuentes y
salvaba la continuidad de comunicaci�n, con llamadas telef�nicas a mis padres y
a mandar saludos a todos sus hermanos.



Yo segu� en el cole y un poco que empec� a metamorfosearme y
de la flaquita con acn�, empez� a surgir una muchacha con lindas formas y con
mejores facciones. Los chicos en el Cole, me empezaban a cortejar y era como si
el patito feo se hubiera convertido en cisne. Llegu� a los 16, marcando la hora.
Hab�a recortado mi cabello y empezaba a ser muy cuidadosa en mi arreglo
personal. Llegu� a ser la chica m�s popular de mi promoci�n y la reina en la
fiesta de graduaci�n. Tuve novios, todos compa�eros del colegio, con los cuales
no pasaba de besos y el cl�sico magreo... los m�s osados lograron que yo les
acariciara las pollas por encima del pantal�n, mientras ellos se las arreglaban
para dedearme directamente en mi chochito. Pero con ninguno llegu� a mayores.



A los 16, conoc� al hermano mayor de uno de mis novios, este
hab�a llegado de visita, pues tambi�n trabajaba en la capital y me enamor�
perdidamente de �l. Pero el principal atractivo que le ve�a a ese muchacho que
se llamaba Jaime, era el gran parecido que ten�a con mi hermano Gonzalo, creo
que eso hizo que enamorara de �l. Con Jaime perd� la virginidad, en realidad,
nada destacable.. pero yo estaba tan caliente que ni la brusquedad con que me
cogi� en esa oportunidad me import�, solo quer�a que ese hombre que me recordaba
tanto a mi hermano me poseyera y recuerdo claramente que el cl�max y el dolor de
la penetraci�n, yo repet�a como loca el nombre de Gonzalo. Luego de la primera
vez con Jaime, tuvimos un par de sesiones m�s, siempre o en el granero de mi
casa o en su camioneta, pero el problema era que despu�s de las cogidas, me
quedaba con una sensaci�n de vac�o, de pena. Jaime, al parecer, se lleg� a
enamorar de mi, pues me propuso que me fuera con �l a Madrid y cuando me negu�,
quiso hablar con mis padres para casarnos... yo solo me re�a ante esa
proposici�n. En realidad no era amor lo que yo sent�a, solo estaba impresionada
por el gran parecido que Jaime ten�a con mi hermano.



Pas� otro a�o, yo termin� la secundaria y empec� a pensar
seriamente en mi futuro y la idea de ser Abogada y de las buenas, me gan�.
Despu�s de muchas gestiones y nutrida correspondencia, me aceptaron en la
facultad de Derecho de la Universidad de Madrid y vaya, ten�a que irme para la
capital. El �nico pariente cercano que ten�a era obviamente mi hermano Gonzalo y
de pronto ya estaba yo camino a Madrid. Durante el viaje, fantaseaba en c�mo
ser�a el recibimiento que mi adorado hermanito me dar�a.. no me ve�a desde los
14 a�os y seguramente esperaba ver a la nerd que �l dej�. De seguro, ni se
imaginaba ver a una mujercita de 1.70 de estatura, 52 Kgs. de peso, espigaba, de
cabellos casta�os claros de grandes ojos pardos claros, una boca peque�a y
sensual, hermosa dentadura blanqu�sima como el alabastro. Unos pechos retadores,
un abdomen plano y una colita respingona que era la delicia de las miradas
masculina, sin dejar de pasar por alto unas piernas muy bien torneadas, largas y
deseables. De seguro que tampoco pensaba que toda esa humanidad, estaba
enfundada en una mini a medio muslo, zapatos de charol de taco, las piernas
enfundadas en unas delicadas medias color miel y arriba un top que se adher�a
deliciosamente a mis pechos, de color blanco que transparentaba delicadamente un
sujetador blanco de encajes- Realmente estaba de muerte y no era solo mi elevado
ego que me daba esa certeza, sino las insistentes y golosas miradas de los
pasajeros hombres del avi�n de ruta interna que me llevaba de mi tierra chica
Toledo a la capital del Reino..



Al llegar al aeropuerto y con las valijas ya en mi poder, me
dirig� a la salida de los pasajeros de los vuelos internos y divis� a Gonzalo.
Estaba all�, guap�simo, con un jean ajustado que marcaba su anatom�a y por
supuesto su hermoso paquete, correa ancha y una camisa blanca de manga corta,
que resaltaba el bronceado de su piel. La camisa mostraba los vellos de su
amplio t�rax sobre el cual se luc�a una cadena y un crucifijo de oro. Lo curioso
es que segu�a mirando a ver si sal�a su hermanita "la fe�ta", pero no por ello,
dej� de admirar a la belleza que se desplazaba empujando el carrito con su
equipaje. Sent� la mirada de Gonzalo recorri�ndome toda, golosamente. Eso fue
solo un instante, pero bast� ello, para encenderme y sentir un cierto calorcito
en mis partes �ntimas. La mirada de Gonzalo, segu�a atenta a las dem�s personas
que ven�an detr�s de mi... esperando seguro descubrir a la hermanita. Tuve que
llegar y plantarme frente a �l y sacarme los anteojos oscuros y decir su nombre
para que �l me reconociera. Entre azorado y nervioso mi hermanito reaccion�. Nos
abrazamos y se admir� de lo que seg�n �l hab�a crecido desde la �ltima vez que
nos vimos, Salimos de la terminal y fuimos al estacionamiento en busca de su
autom�vil.



En el camino, varios hombres voltearon a mirarme y otros m�s
descarados se quedaban vi�ndose fijo como queriendo desvestirme con la mirada.
Yo sent�a que Gonzalo se fastidiaba con ello y me gustaba. Llegamos al auto y
depositamos las valijas en la cajuela y galante mi hermanito, me abri� la puerta
del auto para que pasara . Obviamente no pude evitar que la mini se subiera m�s
de la cuenta y su turbaci�n se hizo m�s evidente. R�pidamente se hizo del
volante y salimos del congestionado aeropuerto, rumbo al departamento de
Gonzalo. En el camino, �l se empez� a relajar y terminamos hablando animadamente
todo el trayecto, sobre la familia, los amigos, mis proyectos. Quiz� el hecho de
haber cubierto mis piernas con mi necessere de mano y unos sobres que conten�an
los documentos para la Universidad, lograron que estas no se mostraran tal cual
y por ello, la tranquilidad que ahora sent�a mi hermanito.



Llegamos al condominio donde Gonzalo ten�a el apartamento y
con la ayuda del portero subimos el equipaje. El lugar era amplio, con una sala
y un comedor con ventanales hacia el jard�n interior del conjunto residencial,
un ba�o de visita peque�o, un corredor que llevaba al fondo del piso, donde
estaba la cocina y la lavander�a y un patio, peque�o. En el corredor hab�an
otras cuatro puertas hacia la izquierda, que correspond�an a tres dormitorios y
un amplio ba�o, con ba�era y todo. Gonzalo me asign� el �ltimo cuarto al fondo
del corredor. Era una pieza relativamente amplia, con una cama matrimonial,
ropero empotrado con cajonear�a y una c�moda de madera. Al parecer hac�a poco
hab�an pintado la habitaci�n y las cortinas se ve�an nuevas. Me impresion� que a
pesar de ser hombre, que por lo general son desordenados, mi hermanito tuviera
el departamento hecho un an�s de limpio, con los pisos brillantes y las
alfombras aspiradas. Instalada en mi pieza, quise darme un ba�o y all� me di
cuenta que para darme un duchazo, deb�a ir al ba�o principal. As� pues busqu� mi
bata entre las prendas que hab�a sacado de mis valijas y con mis efectos de
belleza e higiene fui a ba�arme. Despu�s de un viaje, por muy corto que sea,
nada mejor que un buen ba�o. As� que disfrut� del regaderazo, despu�s del cual
envuelta en mi bata de felpa, regres� a mi cuarto. Me sequ�, acical� y embellec�
para gustar a mi hermanito, quer�a que �l me viera en la plenitud de mi belleza.
El no me ve�a desde los 14 a�os y ahora con 18, personalmente me sent�a
supercontenta con mi f�sico.



Escog� unos tejanos cuya pretina quedaba a mi cadera y se
ce��an rico a mis piernas. Arriba un top azul de lycra, pegadito, que
evidenciaban mi redondo y firme busto. Al adherirse a mi torso, dibujaban
sensualmente mi sujetador tambi�n azul de encajes a media copa, que hac�an juego
con una coqueta braguita del mismo color. De maquillaje algo de rubor, un toque
de long lash para resaltar mis ojos y un rosa p�lido para mis labios. Mis
cabellos, cepillados a conciencia para dar la impresi�n de haber sido peinados
por el viento. Satisfecha con mi aspecto, me perfum� discretamente y sal� para
encontrarme con Gonzalo que me esperaba en la sala del departamento.
Efectivamente, all� estaba �l, mirando la tele. Yo discretamente me sent� al
extremo de un sof� y Gonzalo sin dejar de ver la pantalla, me pregunt� si ya
estaba lista. Yo le dije que s� y apagando el aparato con el control remoto se
incorpor� y reci�n me mir�. No se turb� pero pude captar un rayo de
admiraci�n...le gustaba ver a la mujer que ten�a al frente, pero seg�n su
mirada, "ten�a que recordar que era su hermanita y por tanto prohibida".



Ese d�a me llev� a cenar fuera y entre broma y broma me hizo
saber que era por esta vez, ya que era mi bienvenida. Me explic� que rara vez
sal�a a cenar a restaurantes y cuando lo hac�a iba con Susana, una chica con la
que sal�a y que por lo que contaba era su novia, aunque en todo momento se cuid�
de usar ese t�rmino. Me cont� que si los viernes ( al d�a siguiente era viernes)
sal�a de juerga con Susana por algunas discos o pubs de moda, a ambos le gustaba
bailar y eran incansables, que ya conocer�a al d�a siguiente a la bendita
Susana, que de solo saber que se disfrutaba a mi hermanito, me estaba cayendo
re-mal. Mientras com�amos y disfrut�bamos de un buen tinto, seguimos hablando
animadamente �l de c�mo era su trabajo, sus gustos y su rutina y yo de mis
estudios, de mis proyectos y de mi integraci�n a la vida universitaria.
Est�bamos en los postres y cre�a ver que cada cierto tiempo, los ojos de
Gonzalito se posaban en mis pechos, yo me hac�a la desentendida pero esas breves
miradas me gustaban. Yo ve�a a Gonzalo con ojos de mujer y apreciaba a un rico
hombre que deseaba hacer m�o.



Despu�s de los postres pedimos un plus caf�, yo Amaretto y �l
un cognac y seguiamos la charla, cuando a mis espaldas una voz varonil que se
acercaba dijo:



"- mi querido Gonzalo...el hombre con suerte, siempre al lado
de una hermosa mujer..."



Era un hombre joven, de unos 25 a�os, cabellos negros
ensortijados, rasgos definidos y realmente muy guapo. Alto, casi 1.80mts y de
fuerte complexi�n, vest�a deportivamente y con un aplomo t�pico de un citadino
experimentado, se planto delante de nuestra mesa, apoyando sus fuertes manos en
ella. Segu�a hablando pero sus ojos recorr�an golosos mi anatom�a y luego los
clav� en los m�os. El tipo se ve�a atrayente y seguro de si mismo:




" - vamos, querido Gonzalo... no seas maleducado y
pres�ntame a tu deliciosa amiguita.- dirigi�ndose a mi hermano .-




Gonzalo, con la irritaci�n asomando a los ojos, con rabia
contenida no le qued� m�s que hacer las presentaciones:



"- Este t�o es Manuel...le gusta que le digan Manolo y para
desgracia m�a es mi compa�ero de trabajo. Ella es Andrea.-Gonzalo se cuid� de
decirle que era su hermana.-




"- Vamos Gonzalo, no seas t�mido, dile tambi�n que soy tu
mejor amigo.




"- Bueno, el se publicita siempre como mi mejor amigo.- que
conste que lo ha dicho �l no yo.- dijo rabioso Gonzalo.-



" - Hola Andrea... desde ahora soy no solo tu amigo, sino
tu mas rendido admirador.- dijo pomposo el muchacho.




" - Hola mucho gusto.- dije yo, extendi�ndole la mano.-



Manolo cogi� mi mano y se la llev� a los labios y deposito un
casto beso en ella. Mir� a Gonzalo y parec�a querer saltar sobre Manolo, pero se
contuvo.



"- Bueno.- dijo Gonzalo.- ahora que ya te present� d�janos
solos por favor




"- Ah... Gonzalito quiere acaparar a la linda dama.- se
burl� Manolo.- pero, cari�o, tu eres nueva por aqu� no?, es m�s, es la primera
vez que te veo, porque una belleza como tu no podr�a pasar desapercibida por
estos mis ojitos.-dijo Manolo dirigi�ndose a mi.-




Yo me divert�a con la escena. Manolo, haci�ndose el gracioso,
Gonzalo conteniendo su furia y yo sonriente. Se dir�a que mi sonrisa incentivaba
a Manolo.




"- Dime.- pregunt� curioso.- eres la novia de nuestro
Gonzalito? O este jovencito reci�n est� en los proleg�menos?. Desde ya
confirmo su buen gusto, ya que eres una belleza sensacional.



Creo que tu eres muy curioso Manolo- respond�.-



No solo curioso sino que se est� volviendo impertinente.-
terci� Gonzalo.- mira chaval, estamos conversando de cosas muy personales y te
rogar�a que te dejes de ni�er�as y te retires, Andrea, acaba de llegar a
Madrid y pronto comenzar� sus estudios Universitarios... as� que a volar
joven...



No hay problema Gonzalo...- dijo Manolo.- ya me voy, pero
si te duermes... te robo la novia eh....



Joder, que no es mi novia macho, es mi hermana.- dijo
furioso mi hermanito



Cu�ado de mi coraz�n.- fue la respuesta de Manolo, yo me
mor�a de risa, el muchacho ten�a ingenio y gran rapidez en sus reacciones.-
Esta buena noticia, ser� el real motivo para visitarte m�s a menudo.
Andre�ta.- dijo solemne.- tu mas rendido admirador, te ense�ar� toda la ciudad
y todo lo que tu quieras conocer. Ahora me voy.- y acercando su cara me dio un
sonoro beso en la mejilla y palmeando el hombro de Gonzalo se retir�.



Disculpa hermanita.- dijo Gonzalo.- este Manolo es un
pesado, un magn�fico muchacho y buen amigo, pero cuando ve faldas pierde la
br�jula y se porta as�.



Parece un tipo simp�tico y divertido.- respond� divertida



Si, pero por favor no le des confianza. Cuando Manolo ve
faldas se aloca... un d�a se va a encontrar un escoc�s y la va a ver buena.-
ironiz� mi hermanito.-



No te preocupes, ahora mi preocupaci�n son los estudios, la
Universidad y no tengo tiempo para chicos ni nada...dije seria.-




El resto de la velada la pasamos hablando y evocando los d�as
de la ni�ez... salimos del restaurante y dimos una vuelta en el auto por las
calles de la gran ciudad donde est�n los mejores pubs y discos...la gente bull�a
y se ve�a a chicos y chicas en parejas o en grupos que al parecer lo pasaban a
lo grande. Sin bajar del auto, Gonzalo me explicaba de tal o cual local y casi
cerca de la una de la madrugada regresamos al departamento. Estacionamos el auto
y nos dirigimos a casa. Al subir las escaleras Gonzalo gentilmente me cedi� el
paso de modo que yo iba algunos escalones por delante de �l. Sin embargo sent�a
la mirada de mi hermanito sobre mi redondo culito y mis piernas...percib�a que
me ve�a con ojos de hombre m�s que de hermano y eso a mi me encantaba.



Cada uno se fue a su pieza. El d�a para mi hab�a sido largo y
ca� rendida... enfundada en un camis�n transparente que me llegaba a la
rodilla.. abajo solo ten�a una diminuta braguita blanca y sin sujetador.
Despert� cerca de las ocho de la ma�ana. Gonzalo ya hab�a salido al trabajo, as�
que luego de ba�arme y arreglarme, tom� un poco de leche helada y cog� mis cosas
para ir a la Universidad a registrarme, escoger mis horarios y ver la
bibliograf�a que me correspond�a. El d�a se me hizo corto y regres� a casa cerca
de las 8 de la noche. Gonzalo a�n no hab�a llegado, as� que un regaderazo fue mi
premio a mis correteos del d�a. Estaba sec�ndome el cabello cuando sent� voces.
Era Gonzalo y alguien m�s... me puse unos shorts cortitos que modelaban muy bien
mis piernas y mi colita, me enfund� en una polera ancha de color rojo y sin
maquillarme, as� al natural, sal�. Efectivamente, all� estaba Gonzal�to sentado
mirando la tele con una chica morena, enfundada en pantalones de cuero negro,
cabellos negros ensortijados y hermosos ojos tambi�n negros, profundos e
inteligentes, boca sensual pintada de rojo sangre, tendr�a unos 26 o 27 a�os,
ten�a unos ademanes gatunos, se ve�a una mujer atractiva... no, en realidad
hermosa, muy hermosa. Su abdomen plano y unos pechos generosos que eran
sujetados por un top de lycra rojo. Era la famosa Susana.



Nos presentaron y nos dimos un beso en la mejilla. Quer�a
sentir odio por esta chica que se dejaba levantar las faldas por mi hermano,
pero creo que surgi� una mutua corriente de simpat�a entre ambas. Al parecer
ellos ya hab�an cenado en la calle y no se decid�an si salir de fiesta o
quedarse a ver una peli en la tele. Yo fui a la cocina y me prepar� una cena
ligera, luego sal� a la sala y conversamos de todo un poco, pero no se me
escapaba la forma como Susana se arrimaba a Gonzalo, le acariciaba los cabellos
a �ste y le daba besitos en las mejillas. Sintiendo que ante tantos arrumacos yo
sobraba, me desped� de ellos y fui a mi cuarto a dormir. Estaba cansad�sima, as�
que nada m�s que deslizarme entre las s�banas, me dorm� a los pocos minutos. No
tengo conciencia cuanto habr� dormida, pero despert� sobresaltada... alguien se
quejaba. El silencio de la noche hac�a que los quejidos se sintieran muy cerca.
Me incorpor� en la cama y percib� no solo quejidos, era una serie de gemidos que
se hac�an cada vez m�s intensos, obviamente eran de mujer y otros m�s graves
evidentemente de hombre,



Indudablemente eran Gonzalo y Susana que estaban haciendo el
amor. Sal� de la cama y me asom� al corredor, la puerta del cuarto de Gonzalo
estaba junta y se notaba una tenue luz proveniente de la pieza, me acerqu� y
espi�. All� estaban ambos desnudos en la amplia cama haciendo el amor, Gonzalo
encima de ella y desde mi posici�n pod�a ver la impresionante pija de mi
hermanito enterrada en la cueva de Susana, las piernas de la muchacha enroladas
al cuerpo de �l, mientras �ste le com�a literalmente las hermosas tetas...esa
combinaci�n de caricias es lo que causaba la cataratas de gemidos, casi gritos
de la joven..mi vista no se pod�a apartar de la regia cogida que mi hermano de
daba a la novia y sin pensarlo de pronto tuve conciencia que mi mano derecha
estaba introduciendo dos dedos en mi ya h�meda vagina, mientras mi mano
izquierda amasaban suavemente mis pechos. Me impactaba ver la pija de Gonzalo
salir hasta la entrada de la cueva de la muchacha y luego enterrarla con
violencia hasta el fondo provocando un ostensible tembor en el cuerpo de Susana.



Realmente envidi� en ese momento a Susana, quer�a ser yo la
receptora de los embates de Gonzalo...si.. si la envidi�... necesitaba...era
urgente que Gonzalo me dispensara sus favores y una cogida como la que estaba
obsequiando a Susana. Mis manos estaban haci�ndome llegar al cl�max mientras
observaba a la pareja contorsionarse de placer, fui conciente que de mi garganta
se escap� un gemido y reaccion�... me asuste que ellos pudieran sorprenderme
espi�ndolos y abandon� mi privilegiado puesto de observaci�n y volv� a mi
habitaci�n. All�, echada en la cama, segu�a escuchando los gemidos de la pareja
contigua y mis manos en mi entrepierna y en mis pechos volvieron a encenderme.
El placer, el placer..solo nosotras mismos nos podemos dar ese placer
infinito....convulsion� de placer y no se en que momento, con mis manos
empapadas de mis jugos qued� dormida... agotada y entre feliz y frustrada por el
placer que me hab�a dado y por la falta de un macho como Gonzalo que me lo
proporcionara.



Al levantarme al d�a siguiente, casi a las 9 de la ma�ana,
comprob� que Gonzalo ya se hab�a ido a trabajar. Entr� a su cuarto, el ambiente
estaba cargado de un profundo humor a sexo. La cama estaba revuelta y all� en el
centro como una flor el slip de Gonzalo, cog� la prenda y me llev� a la nariz,
la ol� y sent�a el aroma de mi hermanito, evoqu� la forma como lo hab�a visto
cogiendo a Susana y me refregu� el slip en mi entrepierna. Que rico se sent�a
ese olor a hombre si y a un hombre como Gonzalo.. Sal� de la habitaci�n y me
dedique a mis cosas. Ese d�a hice la limpieza del departamento, todo excepto el
cuarto de Gonzalo que me cuid� de cerrar. Mientras estaba en ese hacer
domestico, me hice la formal promesa de seducir a Gonzalo.... despu�s de lo vito
en la noche anterior, �l ten�a que ser m�o. El c�mo, ya lo ver�amos, el donde,
tambi�n, pero que deb�a cumplir mi fantas�a, si deb�a cumplirla, desde siempre
lo hab�a amado y no estaba dispuesta a renunciar a �l.



El d�a se me paso entre asear la casa, preparar mis clases
para el lunes y arreglar mis ropas, con m�s calma ya que reci�n dispon�a de
tiempo para ordenar debidamente tdo lo que hab�a sido mi equipaje. A las 6 de la
tarde, calculando la llegada de Gonzalo, me met� a ba�ar y empec� a arreglarme
para darle la bienvenida a mi hermanito. Sal� de la ducha y puse especial
cuidado en mi maquillaje, cepillar mi cabello y en escoger la ropa que me
pondr�a. Escog� una mini de jean que me quedaba a medio muslo y que sab�a de
sobra que pon�a de manifiesto la belleza de mis piernas, sab�a tambi�n que
sentarme con esa faldita era provocar una regia exhibici�n de mis muslos,
braguita incluida. Arriba una blusa ligera de algod�n blanca casi, casi
transparente que dejando apreciar veladamente mi erguido busto. El espejo me
devolvi� una imagen de una chica de 18 hermosos a�os, bonita y sexy. Ensay�
miradas, pucheros y la forma como caminar�a para mi hermanito y esper�
pacientemente que el objeto de mis deseos llegara.



Mientras esperaba prepar� una comida ligera muy light, ubique
una botella de tinto e incluso me dio tiempo de preparar un postre para agasajar
a mi querido Gonzalo. Estando en ello pens� que ocurrir�a con mi plan de
exhibirme ante Gonzalo si se ven�a con la novia o si simplemente no llegaba
hasta muy tarde. En esos pensamientos sent� la llave en la puerta de calle y me
sent� en el sof�, encendiendo la tele con el control remoto... simul� estar
viendo tele y luego dirig� mi mirada a la puerta que en ese momento se abr�a y
aparec�a Gonzalito. Gracias al cielo ven�a solo y el pobre ten�a una cara de
cansancio, me puse de pie y me acerqu�, recibi�ndolo con un beso en la mejilla.
No perd� de vista el recorrido que mi hermano dio a mi cuerpo. Se que me ve�a
linda y el objeto era que me mirara con ojos de hombre, como lo hab�a hecho en
ese breve momento y no con ojos de hermano. Me coment� que ven�a cansad�simo y
hambriento y que quer�a darse un ba�o, cenar algo y dormir. Lo ayud� a quitarse
la chaqueta y le dije que no se preocupara, que todo lo ten�a listo y que tomara
su duchazo tranquilo. En mi mente, deseaba poder ba�arme con �l, mimarlo,
enjabonarlo, pero por el momento no era posible... quiz�s m�s adelante.



Cenamos y conversamos largamente, recordamos los momentos de
nuestra ni�ez, de la vida en el pueblo, de mis novios y de mi decisi�n de
estudiar en la capital. No perd�a ojo a las miradas que mi hermano de disparaba
a mis pechos y cuando me paraba y le daba la espalda a mi colita y a mis
piernas. Vi incluso c�mo se agachaba para verme el calzoncito en un momento que
estaba de espaldas a �l y yo apreciaba su maniobra por el reflejo de su imagen
en la puerta del horno microondas y buscaba cualquier pretexto para ense�arme mi
colita. Al terminar la cena ve�a a un Gonzalo inc�modo y luego repar�, no quer�a
ponerse de pie pues revelar�a ante su hermanita la tremenda erecci�n que pon�a
sus pantalones como una carpa y l�gicamente no quer�a ni moverse de su sitio as�
que para hacerle el asunto f�cil, me par� para lavar los tratos y as� de
espaldas a mi hermanito percib� que �l se pon�a de pie y se acomodaba la
herramienta y se dirig�a a la sala, no sin antes echarme hambrientas miradas que
no hac�an sino calentarme tremendamente. Al terminar de lavar y secar platos y
ollas, fui a la sala. All� estaba este rico hombre c�modamente instalado en el
sof�... empezaba una pel�cula que ya hab�a visto con Antonio Banderas y una
actriz muy mona cuyo nombre no recuerdo, pero que coincidentemente trataba de la
irrefrenable pasi�n de una hermana por su hermano mayor ... al parecer Gonzalo
no sab�a del tema, as� que me acomod� junto a �l para ver la peli.



Cuando ya la trama de la peli era evidente y se hab�a
producido una rica escena de amor y sexo entre los hermanos, haci�ndome la
dormida apoye mi cabeza en el hombro de mi hermano. Este volte� hac�a mi y me
vio profundamente dormida... mi respiraci�n as� lo demostraba y �l decidi� que
siguiera descansando con mi cabeza apoyada en su hombro izquierdo. Yo me
deleitaba con el aroma de Gonzalo, con su cercan�a... de cuando en cuando mi
ojito izquierdo se abr�a un poquit�n para chequear en qu� iba la pel�cula, de
hecho era super calentona y estaban en una fuerte escena de sexo y celos entre
los hermanos...Gonzalito me volvi� a mirar y yo continuaba con mi fingido sue�o,
cuando de pronto sent� la mano izquierda de �l deslizarse por mis rodilla. Era
una caricia suave, temerosa. Mi faldita exhib�a orgullosa mis muslos en todo su
esplendor y casi, casi el inicio del triangulito blanco de mis braguitas.
Gonzalo ascendi� hasta medio muslo, yo sent�a que empezaba a humedecerme de
gusto y sin querer exhal� un suave gemido. L�stima, con mi gemido mi hermano
dej� de acariciarme y suavemente empez� a decir mi nombre despert�ndome... yo
"desperte" y el me dijo que fuera a acostarme... que estaba muy cansada. Yo
siguiendo el juego le di las buenas noches y me puse en pi�, mi faldita estaba
exhibiendo gran parte de mi braguita y as� sin "darme cuenta" de la exhibici�n
que le daba a Gonzalito fui vacilante y lentamente en direcci�n a mi habitaci�n,
deleit�ndome con la mirada lasciva y cargada de pasi�n que sab�a, me estaba
dando mi hermanito.



Cuando llegu� a mi habitaci�n, no pude reprimir el deseo de
acariciarme y llevar mis manos a mi vagina y sentir que se mojaban, mientras me
dilu�a en un mar de sensaciones placenteras que me llevaron r�pidamente al
cl�max y a unos excitados y calientes sue�os. Al d�a siguiente, domingo casi no
vi a Gonzalo, una nota con su inconfundible caligraf�a hab�a quedado en la mesa
del comedor, me notificaba que ten�a una reuni�n con sus amigos, que almorzar�a
con ellos y luego ir�an al estadio a ver el partido de futbol entre los cl�sicos
rivales del Real Madrid con todas sus estrellas y el Barcelona. Todo un cl�sico.
Efectivamente, siendo lunes el d�a siguiente y el inicio de mis clases en la
Universidad, yo me acost� temprano despu�s de un relajante ba�o caliente, lo que
me hizo entrar en un reparador sue�o en cuanto me met� entre las s�banas.



Al d�a siguiente me levant� temprano temprano. Coincid� con
mi hermano en el desayuno, �l casi terminaba y estaba listo para ir al trabajo,
yo cargada de libros y una lap top, me preparaba para �sta nueva vida. De all�
en m�s, todo fue una r�pida sucesi�n de situaciones que llenaron mi d�a, clases,
tareas, hacer nuevas amistades, en fin, un c�mulo de experiencias nuevas.
Definitivamente la rapidez con que se vive en una enorme y gran ciudad como
Madrid, difiere mucho a la apacible y tranquila vida de los pueblos del
interior. Esto obviamente se reflejaba tambi�n en la vida universitaria. D�a
dif�cil y cargado de emociones y experiencias, pero enriquecedor para una chica
de pueblo como yo. D�a emocionante tambi�n porque hice no solo amigas y amigos,
sino tambi�n admiradores, sobre todo uno a quienes todos llamaban "El Alem�n"
por su especial corte de cabello y porque hab�a vivido mucho tiempo en Berl�n,
aunque ahora ya estaba radicado con sus padres en Madrid. Alto, musculoso y de
aspecto m�s que agradable, fue mi acompa�ante de todo el d�a. Ten�a 22 a�os y
era muy popular en la Uni.. en muchas cosas me hac�a acordar a Gonzalo, yo no se
si porque a todo hombre que conoc�a lo comparaba inmediatamente con mi hermano o
realmente buscaba las afinidades que ten�an con �l. Sea como sea El Alem�n, que
en realidad se llamaba Erick, me llev� en su BMV convertible a casa y me ayud�
con todas mis cosas hasta la misma puerta del departamento.



All�, sin que yo me resistiera para nada me estamp� a modo de
despedida un beso en los labios que realmente me hizo mover el piso. Repiti� la
caricia, pro esta vez atray�ndome y pegando mi cuerpo al suyo, de seguro para
disfrutara como en efecto disfrut�, del contacto con su erguido pene que parec�a
querer escapar de sus ajustados pantalones. Yo que desde que hab�a llegado me
manten�a en un estado se excitaci�n perpetua, disfrut� de esa fricci�n y
empin�ndome apoyada en lo colgada que estaba de su cuello, encaj� mi pubis a su
sexo y estuvimos un buen rato sob�ndonos. Las manos de Eric corr�an por mi
cuerpo y estaban levantando la faldita...yo totalmente entregada disfrutaba del
beso de lengua que el muchacho me estaba dando, mientras sent�a sus dedos
invadir suavemente mi anito por debajo de la braguita. Ese morreo dur� unos
minutos y en un momento en que ya sent�a que mis flujos humedec�an el peque�o
calzoncito, pegando mi boca a la oreja del chico le dec�a "as�...as�
Gonzalo....". Esto provoc� la inmediata reacci�n de El Alem�n que..."t�a, que yo
no soy Gonzalo...soy Eric...". Esto rompi� el encanto y a�n cuando me hubiera
gustado seguir, sirvi� para despedirlo hasta el d�a siguiente.



Que, b�rbara...mientras El Alem�n me morreaba...yo pensaba
que era Gonzalo. Pero en f�n....un "lapsus brutus", nada m�s. Realmente estaba
mojada y se acercaba la hora en que Gonzalo llegaba. As� me fui a mi recamara
para dejar mis cosas y luego darme un refrescante ba�o, para calmar mis
alborotadas hormonas. Sequ� y perfume mi cuerpo y me puse una braguita blanca de
algod�n que se ce��a perfectamente a mis curvas y encima solo una bata corta que
me permit�a exhibir mis piernas, calc� una pantuflas del mismo color y luego
sequ� y cepill� mi cabello. Luego de ello, fui a la cocina a preparar algo rico,
para recibir a Gonzalito, A pesar del ba�o, el morreo con El Alem�n, me hab�a
dejado en el vamos.... me encantar�a que Gonzalo me mirara como la �ltima
vez...en fin ver�amos que pasaba.....



Mientras preparaba una ensalada C�sar, mir� por la ventana de
la cocina y el cielo se ve�a negro, con una nubes muy cargadas y me record� que
en la Universidad hab�a comentado que ya empezaban las lluvias y que este a�o
ser�an fuertes. En mi pueblo, las lluvias se dan pero sin mayor aspaviento, aqu�
al parecer eran casi torrenciales y con truenos y rayos y un esc�ndalo tal que
para mi eran desconocidos. Al parecer la noche se anunciaba as�. Despu�s de la
ensalada prepar� unas pechugas de pollo rellenas con queso y jam�n con una salsa
de champi�ones, que no es por nada pero qued� deliciosa, Chequee entre los vinos
de Gonzalo y hab�a una botella peque�a de un Ros� que era ideal para lo que
hab�a preparado....arregl� la mesa de comedor con un lindo mantel y unos
candelabros plateados a los que hab�a provisto de una velas amarillas y luego
entr� a mi cuarto...quer�a escoger algo apropiado y sugerente para cenar con mi
hermanito..despu�s de mucho probar y cambiar, me decid� por ponerme un coqueto
camis�n que llegaba casi a la rodilla. El espejo me devolv�a la figura de una
regia chica, sexy y dispuesta a todo, todo lo que pudiera venir.



A la llegada de Gonzalo, no perd� de vista la escrutadora
mirada que me dio. Admir� no solo a la hermanita que ten�a delante, sino tambi�n
al arreglo de la mesa, los candelabros, el vino y la cena misma. Nos sentamos a
cenar y nos contamos mutuamente de nuestras experiencias del d�a yo le cont� lo
de la Uni, excepto del morreo con El Alem�n. El vino, contribu�a a relajar el
ambiente. Despu�s de cenar, Gonzalo fue a la sala a ver el noticiario de la tele
y yo a lavar los trastos, cosa que hice r�pido, pues deseaba estar cerca de
Gonzalito. Efectivamente, mientras echaba crema a mis manos, despu�s de las
tareas dom�sticas, me sent� junto a mi hermano, frente a la tele. Simulaba estar
atenta a las noticias...el camis�n un poco m�s arriba de mis rodillas, dejaba
libre esas redondeces y apreci� que disimuladamente Gonzalito mirara de reojo, a
lo que yo no me di por enterada. De pronto, algo que me pareci� un ca�onazo o
que 3el cielo se romp�a me hizo saltar y a ahogar un gemido...era el inicio de
la tormenta... en seguida empez� a llover y los vidrios de las ventanas
empezaron a ser azotadas por una intensa y constante lluvia. Gonzalo se sonri�
por mi reacci�n y paternal con su mano izquierda acarici� mis rodillas, mientras
me dec�a:




Tranquila Andre�ta, las tormentas son frecuentes en esta
�poca del a�o. Para ti esto es nuevo, pero ya te acostumbrar�s.- me consol�,
mientras sus mano pasaba de una rodilla a otra.-



Creo que va a ser dif�cil que me acostumbre respond�.-
mientras me apretaba a mi hermano y disfrutaba de la caricia sobre mis
rodillas.- me da miedo.-finalic�



Tranquila, tranquila, ahora lo que tenemos que hacer es
cerrar bien las ventanas , para que no se cuele el agua.- diciendo esto se
levant� y fue a asegurar y cerrar bien las ventanas de la sala.- anda ay�dame
con las otras guapa.- me dijo




Yo empec� a chequear las otras ventanas. Casi todas estaban
cerradas, excepto la del comedor que se me hac�a dif�cil cerrarla porque era
bastante alta, de modo que me trep� en una silla y me afan� en cerrarla bien.
All� estaba yo, subida en la silla, con los brazos levantados y empe�ada en mi
tarea. Gonzalo entr� al recinto y se qued� plantado en la puerta...yo le estaba
dando un lindo espect�culo. Mi culito exhib�a la braguita blanca de algod�n y
mis piernas en toda su extensi�n, pero en seguida fue el mi ayuda. Se puso tras
de mi y con dificultad, presionando con fuerza puso asegurar el pestillo. Yo
sent�a la polla erecta de mi hermanito apoyarse en mi trasero y cerr� los ojos..
que rico se sent�a. L�stima que solo dur� segundos y �l se separ�.




Bueno.- ahora a dormir.- que tengas buena noche preciosa.-
d�ndome un beso en la mejilla se fue a su cuarto.-



Hasta ma�ana Gonzalo.- le dije con voz temblona...-
nuevamente estaba h�meda mi entrepierna. Definitivamente deseaba esa polla
para mi, solo para mi.-




Fui a mi cuarto e intent� dormir, pero la tormenta se hab�a
desatado feroz y sus ruidos me causaban real pavor. Parec�a que el cielo se
romp�a y ni mi cabeza bajo la almohada atenuaba el infernal ruido. Entonces me
decid�, fui a la rec�mara de Gonzalo. Felizmente ten�a la puerta abierta y
entr�. El yac�a en la amplia cama a la que me acerqu� temerosa:




Gonzalo, d�jame dormir contigo....me da miedo esta
tormenta...me asusta.- le dije medio llorosa.



Bueno.... no tengas miedo,.- respondi� y haci�ndose a un
lado me abri� la colcha y me hizo sitio en su lecho.- vamos entra y du�rmete.-
dijo paternal.-




Efectivamente, me met� en la tibia cama y me arrim� a mi
hermano. Sent� su cuerpo r�gido a su contacto con el m�o y all� me di cuenta que
Gonzalo solo estaba con slip y un polo blanco,,,,,Intent� iniciar una
conversaci�n, pero �l me digo con voz de sue�o:




Duerme chiquita... no tengas miedo. La tormenta pasar�....




Qued� en silencio y yo asum� que dorm�a habl� algo y no
recib� respuesta...solo la respiraci�n acompasada de Gonzalo. Di la vuelta y
qued� echada sobre mi lado izquierdo y me arrim� a mi hermano. Sent�a su cuerpo
y en especial su muslo izquierdo apoyado en mi colita y empec� a sumergirme en
un estado de somnolencia...no ten�a idea exacta del tiempo que estuve as�, lo
cierto fue que estaba en ese estado de semiinconsciencia cuando muy a lo lejos
siento que Gonzalo se pega a mi...siento su pija totalmente dura y parada en la
misma l�nea de separaci�n de mis nalgas, separados solo por la braguita pues el
camis�n se me ha subido todo. Yo despert� y segu� manteniendo el ritmo de mi
respiraci�n como si durmiera y ya con todos mis sentidos sent� como mi hermanito
se apretaba a mi. C�mo su mano recorr�a goloso mis caderas, mis muslos y se
acercaba con sumo cuidado a mi entrepierna. Yo la verdad empec� a disfrutar de
ese frotamiento, de esas caricias y un d�bil gemido sali� de mi garganta. Sent�
que Gonzalo tensaba su cuerpo y se quedaba quieto, incluso pronunci� mi nombre y
yo inm�vil, segu� respirando como si estuviera dormida y pasado un rato en que
continuaba as� y no respond�a a su llamado, sent� nuevamente el duro sexo de mi
hermano refreg�ndose suavemente en mi colita y su mano suave y ligera
recorriendo los confines de mi cuerpo...ya estaban en mi sexo acariciando mi
vello pubico, ya en mis piernas o en mis tetas delineando delicadamente su
silueta. Yo hac�a esfuerzos sobrehumanos para no gemir y volverme hacia �l y
besarlo y pedirle que me tomara y me hiciera disfrutar.



No pude resistirme y mov� mis caderas para sentirlo mejor y
�l autom�ticamente par�, se volvi� sobre si d�ndome la espalda y qued� quieto. A
mi me dejaba con todas las ganas y luego sent� un ligero movimiento. Se estaba
pajeando. Que desperdicio pens�..esa energ�a podr�a ser depositada en mis
profundidades y con ese pensamiento mis manitos entraron en acci�n y suavemente
me entregu� al placer y de all� al sue�o. A la ma�ana siguiente, despert� sola
en la cama de Gonzalo. El ya se hab�a marchado al trabajo, mir� la hora y rayos,
ten�a que apurarme para llegar a tiempo a las clases. Tom� a las volandas un
ba�o, me vest� y sal� para la Universidad. En mi fuero interno, quer�a que la
tormenta se repitiera en la noche y que mi hermanito se animara a follarme,
porque si no lo hac�a yo saltar�a sobre �l y lo follar�a yo. Con esos
pensamientos pase todas las clases de la ma�ana. En la tarde me encontr� con El
Alem�n. Yo segu�a caliente y cuando el muchacho me plant� un beso en la mejilla,
autom�ticamente me acord� de mi hermanito y me provoc� seguir la sesi�n que ayer
hab�a quedado inconclusa. El muchacho me acompa�� a dos de mis clases y sol�cito
me carg� la lap top y unos libros. De salida, nos fuimos a tomar un caf�, pero
en el camino me "convenci�" para tomar el caf� en su casa y yo acept�.



Por supuesto que en la casa de El Alem�n no hab�a nadie y nos
fuimos directo a sus habitaciones, cerramos la puerta y empezamos a
besarnos..besaba rico el chico y yo me entregaba a la caricia con pasi�n. Mis
ojos cerrados me hac�an imaginar que mi hermano me estaba dando ese rico beso de
lengua y que era su cuerpo al que yo me pegaba con placer. El Alem�n sab�a hacer
las cosas, sus manos me despojaron diestramente de mi ropita y ya estaban su
labios besando mis pechos y despertando la furia de mis pezones que se alzaban
mirando al cielo para sentir la lengua y los labios del muchacho que les daban
una paz transitoria. Mis pantalones y braguita incluida volaron por los aires y
desnudos los dos quedamos enredados en la cama de chico...como si estuvi�ramos e
acuerdo nuestras bocas buscaron ansiosas los sexos del otro y engull� la
poderosa herramienta de mi compa�ero al tiempo que �l se adentraba en las
profundidades de mi vagina. Eric ten�a un respetable miembro al que bes�, chup�
y lam� a mi gusto, pero dedicada como estaba a la caricia...en mi mente
revoloteaba la idea que esa hermosa verga era de Gonzalo,La di con ganas y
enorme gusto no se cuantas veces. Cuando sent� la boca de El Alem�n, haci�ndome
probar mis jugos y degustando de mi boca sus l�quidos pre seminales, tuve
conciencia que me estaba penetrando y que lentamente se abr�a paso la majestuosa
herramienta por mi caliente vagina.



Mis gritos empezaron a subir de tono y de mi garganta sal�a
como una letan�a:




As�, as� mi amor....rico rico



Te gusta verdad? ... te gusta como te follo verdad?.-
preguntaba El Alem�n.- mientras continuaba su ritmico mete saca



Si, si. Dame m�s fuerte...d�mela toda....que rico
Gonzalo...sigue sigue....



Vamos que no soy Gonzalo.... quien es Gonzalo., tu novio?.-
pregunto amoscado



Sigue...sigue mi rey.- fue toda mi respuesta e impuls�ndome
me encaram� encima de �l, cabalg�ndolo y disfrutando a morir de la forma como
pod�a regular que su pene me penetrara a placer.- que rico...d�mela toda
Gonzalo, toda.- gritaba mientras me deshac�a en un placer infinito



No me importa que me digas Gonzalo o lo que sea.- gritaba
fuera de si El Alemn�n.- mientras tires as� riqu�simo conmigo nena.-




Los movimientos de ambos se aceleraron y a un mismo tiempo
llegamos a las cotas m�s alta del placer. Para mi era Gonzalo quien me estaba
dando ese placer enorme....pensaba...a�oraba que fuera mi hermano. Caimos
agotados en el lecho y alg�n tiempo despu�s. Mientras sent�a que El Alem�n
roncaba a mi lado, me deslic� del lecho, me vest� y cogiendo mis cosas abandon�
la casa de mi ocasional amante. Me sent�a f�sicamente saciada de la calentura
que tra�a desde la noche anterior, pero hab�a algo que faltaba, algo que deb�a
tener y que luchar�a por hacer m�o....mi hermano.



Llegu� a casa, sin ganas de nada, solo de darme una buena
duchada y dormir. Para suerte, encontr� una nota de Gonzalo que me informaba que
llegar�a tarde, pues estaba con unos amigos celebrando algo. As� que despu�s del
duchazo, me puse una polera larga que me llega casi a las rodillas y as�
desnudita por abajo, me met� a la cama. Nada m�s poner la cabeza en la almohada
y el sue�o delicioso me invadi�.



Ser�an las 3 de la madrugada, cuando el furor de una nueva
tormenta me despert� y asust�. A los primeros truenos, estaba sentada en mi
cama, aterrada, esperando la siguiente descarga. En ese momento pensaba que
jam�s me acostumbrar�a a ese retumbar imponente que parec�a romper los cielos.
Sin pensarlo dos veces me levante y corr� al cuarto de mi hermano. La puerta
estaba entornada y entre. All� yac�a Gonzalo boca abajo...solo en calzoncillos
roncando como un bendito. Lo mov� y el medio despert� y pregunt�:




Que pasa chica...sabes la hora que es?.- dijo con voz
gangoza y so�olienta



Gonzalo, tengo miedo...la tormenta...d�jame estar
contigo...no soporto los truenos.- realmente sent�a pavor.-



Ya, ya...vamos echate y duerme por favor, recuerda que
tengo que levantarme temprano para ir a trabajar.- me hizo lugar y se arrim�
al extremo del amplio lecho.-




Me met� en la cama que estaba tibia. Sent�a delicioso el
aroma de Gonzalo, aroma a macho...a un hombre hecho y derecho y poni�ndome sobre
mi lado derecho, me acostumbre a la suave penumbra y mir� c�mo mi hermanito
dorm�a, los cabellos revueltos...la barba ligeramente crecida, sus manos sobre
la almohada a los lados de la cara tan varonil. Me anim� a recorrer con mi dedo
�ndice su recio perfil..luego, levant� la s�bana para confirmar que solo ten�a
puesto un diminuto slip banco que se adher�a a sus musculosas formas. Que rico
se le ve�a..que apetitoso...mir�ndolo con amor, qued� dormida no se en que
momento.



Todos mientras dormimos, nos movemos y as� debi� ser conmigo
que ahora estaba d�ndole la espalda a Gonzalo apoyada en mi lado izquierdo. La
polera que ten�a obviamente la ten�a arremangada a la cintura y pegado a m�
siento a mi hermano..con toda su masculinidad erguida y dura, potente a pesar
del slip, colocada en la l�nea divisoria de mis nalguitas. Con la experiencia de
la noche anterior y entusiasmada porque de pronto esa madrugada Gonzalito se
animar�a a follarme, ni me mov� y aguante los deseos de gemir. La mano de mi
hermano, empez� a recorrer mis muslos con suavidad. No era una caricia normal,
era una caricia con devoci�n, como cuando uno coge algo delicad�simo y lo toca
con delicadeza. Sent�a esa maravillosa mano en mis tetas, que empezaron a
endurecerse y mis pezones a erectarse. Yo disfrutaba a morir, luego acariciar
mis vellos p�bicos y recorrer la parte interior de mis muslos. Yo deseaba abrir
las piernas para que sus dedos invadieran mi cuevita, pero entend�a que
cualquier movimiento parar�a en seco esa deliciosa exploraci�n, as� que resist�.
Sent� luego que muy suavemente esa mano se apoder� de mi cadera y con mucho
cuidado me tra�a hacia �l...sent�a claramente que la cabeza de su pija rebalsaba
el slip y la sent�a placenteramente apoyada a la altura de mi coxis....la sent�a
palpitar....finalmente sent� la cara de Gonzalo acercarse y hundirse en mis
cabellos y alcanc� a escuchar muy quedo " hermanita...se que est� mal, pero te
deseo...te amo.....".



Escuchar aquello me hizo decidirme ....ignoraba lo que
pasar�a y como terminar�a todo, pero me arm� de valor y dije:





_ Yo tambi�n Gonzalo....te amo desde ni�a...te deseo
ahora como mujer....te amo hermanito, hazme tuya que yo quiero hacerte m�o.-
y me volv� hacia �l, que desconcertado no atinaba a nada.





Nuestros rostros y cuerpos se tocaban...yo cog� con ambas
manos el aterrado rostro de Gonzalo y acerqu� mi boca a la suya. Fue un beso
inicialmente suave, �l no atinaba a responder, pero reacci�n cuando mi lengua
invadi� esa cavidad y atray�ndome m�s hacia �l nos entregamos a un beso
apasionado, sensual y amoroso. Nos abrazamos y disfrutamos plenamente del
contacto de nuestros cuerpos. En un momento mi polera sali� volando por los
aires y me entregue a la delicia de la caricia que nos est�bamos prodigando
pegando mi desnudo cuerpo al de Gonzalo, como queriendo fundirnos en uno solo,
Que delicia sentir como las manos de este hombre tan deseado, tan amado, desde
mis infantiles e inocentes 8 a�os, recorr�an con deleite todos los confines de
mi cuerpo. Parec�a un ciego recorriendo con amor, con devoci�n su texto de
Braylle. Por mi lado, con la reci�n capturada libertad, mis manos tambi�n
vagaban por el cuerpo de este regio hombre....as� llegu� a su slip del que lo
despoje de inmediato...para sentir ahora su total desnudez. Yo gem�a jadeaba,
lloraba tambi�n del placer que experimentaba en brazos de mi hermano..era la
maravilla alcanzada...la joya deseada...todo a un mismo tiempo y todo lo
disfrutaba sin pudor alguno..nada importaba, solo �sta deliciosa sensaci�n de
placer...mor...plenitud.



Estaba volando en una nube rosada de incre�bles sensaciones,
cuando tom� conciencia que la boca de Gonzalo estaba invadiendo mi vagina, solo
sentir esa lengua divina acariciar delicadamente mis labios mayores, una
corriente el�ctrica toc� mi cuerpo y cuando esa boca incre�ble se apoder� de mi
cl�toris los gemidos y gritos por tantas noches aguantados no se hicieron
esperar y llenaron la habitaci�n que ahora solo ol�a a sexo, a pasi�n y a
deseos. Me deshac�a en sucesivos orgasmos por la maestr�a que mi hermano pon�a
en su tarea y tiempo despu�s atin� a suplicar "d�jame que te lo chupe
hermanito...lo necesito...lo deseo.." y as� fue. Nos acomodamos en un rico 69 y
por fin tuve entre mis labios y en toda mi boca, la deseada pija de Gonzalo. Que
delicia adorar ese m�stil y que placer sentir como �l adoraba mi cuevita...ambos
est�bamos gozando sin l�mites y disfrut�bamos en un mar de sensaciones a cada
cual m�s placentera, m�s profunda. Mi cuerpo temblaba como consecuencia de los
intensos orgasmos que me atacaban. Jam�s me hab�a sentido as� con ning�n
hombre...Esto era placer, verdadero placer.



La boca de Gonzalo recorri� todo mi cuerpo, mis pezones
fueron sorbidos por esos m�gicos labios y luego mi boca, invadida por esa lengua
veloz y enorme, que no se deten�a ante nada ni ante nadie y beb�a sediento mi
saliva. Nuestras lenguas en combate sin fin y su sexo duro entrando en mi
vagina, abri�ndose paso en mis intimidades y ocupando todo ese canal de placer,
hasta quedar sepultado en lo m�s rec�ndito de mis entra�as. Cual una funda
el�stica que atrapa una espada, mis m�sculos vaginales empezaron a trabajar
sobre el tronco de ese delicioso pene y un perpetuo movimiento de nuestros
cuerpos coron� un espectacular, incre�ble y monumental orgasmo de ambos. Sent�a
la leche de Gonzalo inundar todas mis intimidades y mis fluidos ba�ar esa
prodigiosa arma...que no se detuvo en un solo asalto sino que continu�
taladr�ndome hasta soltar un segundo y delicioso chorro que nos dej� exhaustos y
saciados por el momento.



Abrimos los ojos cuando la claridad del d�a se filtraba por
la ventana, nos miramos amorosamente y nos abrazamos, la tormenta habr�a pasado
en alg�n momento, pero la nuestra, la que sent�amos en nuestros cuerpos
continuaba. Nos besamos y abrazamos, sin decir palabras, solo sintiendo el
placer de l caricia y de inmediato Gonzalo reaccion�. Su pene, volv�a a ponerse
en guardia y como si supiera el camino, se acercaba a mi entrepierna. Yo cog�
con mis manos las mu�ecas de Gonzalo y me mont� sobre �l. Segu�amos con el beso
y su pene totalmente enhiesto apunt� con precisi�n y mi vagina lo recibi�
gozosa. As� a horcajadas sobre mi hermanito, disfrut� nuevamente de su delicioso
instrumento. Dominaba la situaci�n y a mi voluntad met�a y sacaba ese duro
ariete. Lo hac�a llegar a mi entrada y luego ca�a sobre �l para enterrarlo hasta
el fondo, sintiendo la delicia de un placer sin par, hasta que casi desmayada
ca� sobre su pecho, invadida de un orgasmo descomunal y completo. En ese momento
empez� el su faena, desde su posici�n empez� un r�tmico mete saca que nos llev�
al paroxismo y entre gritos y gemidos y frases de encendido amor mutuo nos
disolvimos en un orgasmo total. Permanecimos as�...yo montada en �l y el
acariciando suavemente mis piernas y prodig�ndome peque�os besitos en mi cabeza.
Me encantaba estar as�...quedarme horas de horas as�....re�mos de buena gana
cuando sentimos un "plop" que no era otra cosa que su pija que hab�a salido de
mi rajita. Yo sent�a que piernas abajo corr�a la leche de Gonzalo...pero nada de
ello nos importaba...disfrut�bamos de ese momento de relax



De pronto surgi�....



- Andre�ta, qu� vamos a hacer ahora.- pregunt� Gonzalo con
voz ronca.-




Nada.- contest� muy segura.- solo seguir am�ndonos
siempre.- y le plant� un suave beso en sus labios.



No...no..esto jam�s debi� ocurrir, es incesto, es hasta un
delito. No podemos.- insisti�.-



Si, puede ser lo que tu dices. Pero lo que yo veo ahora son
solo un hombre y una mujer que deseaban amarse y lo han hecho con amor, con
pasi�n, con mucho cari�o.- dije resuelta.- porque tu me amas Gonzalo, me amas
y yo a ti te adoro, te amo y te deseo desde siempre. Eso, por m�s leyes o
prohibiciones que haya, no lo podemos evitar.-



Si, pero somos hermanos. Imag�nate si nuestros padres,
nuestros parientes se enteraran, sufrir�an, ser�a un esc�ndalo y hasta la
c�rcel nos mandar�an. Es antinatural.- reflexion�.-



Eso lo dir�n los mojigatos y los necios. Yo estoy segura
ahora y siempre que te amo...que te he deseado como mujer toda mi vida y hoy
lo has hecho realidad y sabes? No solo ha sido delicioso sino divino. Esto lo
so�� desde que era ni�a y tu me cargabas....en ese entonces te imaginaba como
mi novio y de mayor como mi hombre. Al venir a vivir aqu� no solo renaci�,
sino se increment� mi amor y deseos por ti y se que a ti te pasa lo mismo. No
me miras como hermana..no quiero ser solo tu hermana...quiero ser tu hembra,
tu mujer...para eso he nacido.- me defend�.-



Si, pero los prejuicios



Al diablo con los prejuicios Gonzalo.- me exalt�.- m�rame a
los ojos y dime que no me amas, que no me deseas...vamos d�melo.- insist�
mientras le ofrec�a mis labios y nos sumerg�amos en el dulce placer de un
beso...de un beso nuestros...de hermanos y amantes.-



Dios, si te amo...siempre fuiste especial para mi, pero
siempre luche con ese sentimiento. Pero al verte ahora, viviendo conmigo...no
pude sostener mis principios y ya me vez, incapaz de decirte que no te amo,
que no te deseo, cuando todo lo qu quiero es estar contigo unido y
feliz...pero qu� vamos a hacer mi vida qu�.- se preguntaba angustiado,
mientras me abrazaba y hund�a su cara en mis cabellos...estaba al borde de las
l�grimas.




Yo, sent� el mismo impulso y gruesas l�grimas corrieron por
mis mejillas...que terrible amar como mujer a tu hermano, que �l te ame igual y
tener que ocultar ese amor. Pecaminoso y prohibido para todos, pero �nico e
inigualable para nosotros.- Nos calmamos y en ese momento son� la alarma del
reloj despertador. Gonzalo deb�a irse a trabajar y sent� pena. Pero �l, lindo y
gentil, tomo el tel�fono y se report� enfermo:




Quiero que pasemos el d�a juntos..te quiero este d�a toda
para m�, aunque despu�s se rompa el cielo y me bes� dulcemente.-



Si mi amor, quiero ser toda tuya, no solo hoy, sino
siempre.- contest�.-




Si, pasamos todo el d�a encerrados en ese departamento
madrile�o, hicimos el amor como nunca antes individualmente lo hab�amos hecho,
jugamos y conversamos largamente de todo lo nuestro. Hacia el final de la tarde,
entr� una llamada de Susana, la novia, Gonzalo atendi� y se la sac� de encima
minti�ndole que lo hab�an cambiado de turno y que no podria verla en la noche.
Gracias a ello, la noche tambi�n ser�a toda nuestra. A la hora de cenar (comida
por delivery por supuesto), acordamos que desde la puerta del departamento hacia
adentro seriamos marido y mujer, siempre. De la puerta hacia fuera hermanos muy
querendones. Estuvimos as� un a�o y fue un a�o delicioso e incre�ble. Yo
terminaba clases y corr�a para llegar al departamento, preparar algo ponerme
linda y esperar a mi hermanito. El llegando con una puntualidad inglesa a
nuestro diario encuentro. Por supuesto dorm�amos juntos, generalmente sin nada
de ropa y yo olvidada de las tormentas. Ya no les ten�a miedo, Gonzalo me
proteg�a. En el amor no ten�amos l�mites...Mi adorado hermano-marido me ten�a
saciada por ambos lados y lo sent�a cada vez m�s enamorado y dedicado a m�, tal
como me ocurr�a a m�.



Al finalizar el a�o, decidimos emigrar a Am�rica. A Gonzalo
le hab�an ofrecido un trabajo en su �rea en Kansas y para all� partimos ambos.
Claro, antes de partir, nos dimos una vuelta por lo de nuestros padres, les
pintamos la idea que yo seguir�a estudiando en USA. Ya no quer�a ser Abogada,
ahora me inclinaba por la decoraci�n y estaba siguiendo cursos para ello y los
completar�a en Am�rica. Yo, les dec�a, conseguir�a pronto un trabajo all�,
vivir�a con Gonzalo y hasta de pronto me casaba con un gringo. Nos despedimos de
la familia, pues ambos eramos concientes que no los volver�amos a ver.


Viajamos a Am�rica y antes de partir, Gonzalo se agenci� de
una partida de nacimiento para m�, que omit�a mi verdadero apellido y pon�a
otro. Esto, seg�n �l, nos servir�a pata casarnos en America y vivir como una
pareja normal. As� lo hicimos y ya llevamos 20 a�os viviendo c�modamente y
felices como esposos.



Por eso al ver ahora como mi hijo mayor, que es adoptivo,
trata con tanto afecto y amor a Carissa, su hermana menor y ella c�mo lo quiere
y admira, me hace evocar mis 8 a�os, edad en que empec� a amar

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Relato: Historia de Andrea
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