Isabel mi maestra de sexo.
Isabel era una chica simp�tica, no bonita pero ten�a un
soberbio trasero con unas piernas de campeonato, ella trabajaba en un colegio de
religiosas, la verdad era una chica que le gustaba tener muchos novios.
Yo atend�a en las ma�anas el negocio de mi padre, por eso
pasaba siempre a saludarme despu�s de trabajar casi siempre a las 11: 00 a.m.
siempre estaba solo y con el tiempo hicimos una gran amistad. Cierto d�a al
despedirnos me dio un beso con tal fuerza que me emocione y segu� el juego de
besos y caricias.
Todos los d�as pasaba a hacerme compa��a, por eso un d�a no
se aguanto m�s y me dijo que cerrara el negocio, por supuesto que no me negu� y
decide que era mi oportunidad, ya que dios para eso me la hab�a enviado.
Comenc� a besarla de arriba a bajo mientras le desabotonaba
su vestido y quitaba sus medias. Ella no reparo pareci� gustarle mi actitud y me
dejo que tocara por primera vez sus senos que estaban calientes, ella quer�a que
la penetrara de una vez, por esos me agarro el pene con fuerza y lo dirigi� a su
rajadita, estaba sumamente h�meda y su respiraci�n delataba su excitaci�n.
Sus senos estaban tan pero tan duro que los bese con ansias,
abri� sus piernas y entro mi verga hasta el fondo, mis test�culos llegaron hasta
la entrada de su vagina, de pronto se salio mi verga de su vagina y ella me
suger�a que hici�ramos un 69, quede abajo con su rajada en mi cara y mi verga en
la suya, esta c�menos a chupar y a chupar, me dec�a que era un chorizo muy
bonito, yo por mi parte explore su vagina aprendi�ndome los lugares en que mas
gritaba de placer cuando se los tocaba, cuando se vino me restreg� en mi nariz
todos sus jugos mientras se tragaba todo mi semen entre gritos de placer.
Despu�s nos metimos a la regadera para quitarnos el olor a
sexo, mientras me enjabonaba jugueteaba con mi verga, por eso cuando se puso
dura alzo la alce y la apoye en la pared hasta que se trago nuevamente mi verga.
Jadeo, jadeo y jadeo muchas veces, de pronto llego mi padre a abrir la tienda y
le tuve que decir que se saliera por la ventana, cosa que hizo presurosa.
Esto se repiti� durante un a�o todos los d�as, hasta que nos
separamos cuando tuve que comenzar a estudiar.